Que España es un país muy cervecero nadie lo pone en duda. Tomar una cerveza y unas tapas es algo que los españoles reverenciamos unánimemente, no sabemos, ni queremos resistirnos a proposiciones del tipo “vámonos de cañas”, forma parte de nuestra cultura.
De hecho, esta bebida es consumida por uno de cada ocho adultos entre los 18 y los 65 años, y casi la mitad de manera habitual, según un estudio de Cerveceros de España. Además, nuestro país produjo 41,1 millones de hectolitros de cervezaen el año 2022, lo que supuso un incremento del 7,9% con respecto a los 38,1 millones registrados en el año anterior.
Unas cifras que no pueden extrañarnos si se piensa que nuestro país tiene a cuatro ciudades situadas en el top 10 del ranking de ciudades europeas en las que más cerveza se consume. Estas ciudades son Madrid, Sevilla, Málaga y Barcelona, todas ellas con una media de 104 litros de cerveza por persona al año.
Sin embargo, a pesar de que la cerveza siempre es cerveza, no se pide igual en todas partes y dependiendo de la parte de España en la que se pide y no se entiende lo mismo por una caña en los 270.000 establecimientos de hostelería que existen en nuestro país. Todo depende de la capacidad del vaso que nos sirvan y de la región de España en que la pidamos, el catálogo de términos es de lo más variado.
Así, una caña no siempre es lo mismo en todas partes y dependiendo de la zona en la que la pidamos puede producirse alguna pequeña confusión. Puede parecer que la caña es el formato estandarizado para tomar una cerveza, pero no es así. Si bien es el calibre por excelencia, no siempre nos servirán lo mismo en. toda España cuando lo pidamos aunque, eso sí, la cerveza de la caña siempre será de grifo.
Y es que mientras en zonas como Madrid la medida de una "caña" es la de un vaso de 200 ml, en el País Vasco se entiende por una caña la que se sirve en una vaso o copa de 350 ml, lo que en Madrid sería un doble, que es el la medida que más se acerca con sus 400 ml. Ahora bien, si queremos beber esta cantidad de cerveza en el País Vasco, no debemos pedir un "doble" sino un cañón que contiene 440 ml.
Además, en el país vasco también podremos pedir un "zurito" que es aproximadamente media caña en Madrid, la cantidad justa, cuentan los vascos, para acompañar un pintxo. Su nombre dicen que procede del que fuera famoso matador de toros Gabriel de la Haba, más conocido en el mundo del toreo como Zurito de Córdoba, tercer miembro de la dinastía de los “Zuritos”, que tomó la alternativa en Valencia el año 1964. El hombre que así bautizó a esta medida fue Carlos Pérez Garrido, fallecido en 2018, cuando frecuentaba con su cuadrilla una de las peñas taurinas a las que eran muy aficionados.
Ahora bien, esa misma medida del zurito, para los castellanoleoneses es un "corto", pero si subimos un poco más en el mapa de España y llegamos a Galicia nos encontraremos con que allí un corto es lo que en Madrid es una caña y si queremos pedir un corto Aragón tendremos que decir que queremos un "penalti".
Volviendo a la medida de la caña, si lo que buscamos son 200 ml de cerveza pero no de grifo sino en botella diremos que nos pongan un "botellín" o también un "quinto" puesto que esa medida representa la quinta parte de un litro. Pero atención, si en Madrid es un madrileño castizo el que desea esta botella de cerveza lo que pedirá será un "botijo".
Siguiendo con las botellas, la más grande de las que se sirven en hostelería es la de 333 ml, lo que en la mayor parte de España se conoce como un "tercio". Sin embargo, a ese mismo tercio, en Asturias o Cantabria se le llama una "media" y si donde nos encontramos es en Cataluña será mejor que pidamos una "mediana".
Pero regresemos a la cerveza de barril que nos sirven con grifo. Aquí nos encontramos la posibilidad de disfrutar de medio litro pidiendo una "jarra" o una "pinta", si bien esta última medida difiere según el país en que se consuma puesto que según el sistema de medida imperial británico, la pinta equivale a lo que en el continente europeo serían 568 ml, pero en Estados Unidos son 473 ml.
Sin embargo, si esa jarra con medio litro de cerveza nos la bebemos en Andalucía la cosa cambia porque en tal caso deberemos pedir que nos traigan una "maceta".
La botella de cerveza más grande que se comercializa es la de litro, la popular "litrona" cuyo nombre se comenzó a generalizar cuando los grupos de gente joven comenzaron a beberla entre varios, algo que posteriormente sería el origen del botellón que más tarde llegaría a convertirse en macrobotellón.
Si ese mismo litro de cerveza preferimos degustarlo con la que nos sirvan de un grifo en lugar de en una botella la cosa se complica porque esa medida recibe aún más denominaciones dependiendo de la zona de España en la que nos encontramos. Así, pediríamos un "cachi" o "cacharro" en Asturias y en Castilla y León, un "tanque" si estuviésemos en Cantabria, "xibeca" en Cataluña, un "katxi" en el País Vasco o un "mini" si lo pedimos en Madrid.
Y aún nos queda algo más, la "clara". Si la pedimos en Galicia nos traerán una cerveza con gaseosa, pero si lo hacemos en Cataluña tendremos una cerveza con limón, lo que en las islas Baleares se denomina una "shandy", en Castellón y Tarragona un "champú" y en el País Vasco, Navarra y Cantabria una "lejía" o una "pika".
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.