El perejil es una hierba de aroma intenso, con un gran valor nutricional y propiedades beneficiosas para el organismo, especialmente para el sistema digestivo. De hecho, según la Fundación Española de Nutrición (FEN), se caracteriza por su alto contenido en vitamina C, esencial para incrementar las defensas del sistema inmunológico, y también en betacarotenos, potente antioxidante natural que ayuda a frenar los efectos de los radicales libres que, entre otros síntomas, provocan y acentúan el envejecimiento cutáneo.
Pero además, es una fuente importante de calcio, que ayuda a mantener la salud ósea, tal como indica la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), y también un alimento rico en potasio ideal para contrarrestar los efectos del exceso de sodio y lograr un buen equilibrio entre ambos electrolitos. Su contenido en potasio es, precisamente, el que dota al perejil de sus propiedades diuréticas que favorecen la correcta eliminación de líquidos y toxinas.
En general, esta hierba aromática favorece las buenas digestiones y promueve el tránsito intestinal.
Cómo conservar el perejil
Ahora bien, para aprovechar al máximo todas estas propiedades, lo mejor es utilizar especies frescas, y este es precisamente uno de los grandes inconvenientes del perejil: que con el tiempo se seca y pierden calidad. Eso sí, no tienen fecha de caducidad, aunque sí de consumo preferente.
Conservar esta especia tiene su aquel, y ante todo debemos evitar dejarlo a temperatura ambiente, porque reduciremos su vida útil, ya que la planta necesita mantenerse en un espacio húmedo y refrigerado.
En este sentido, podemos hacer es hacer caso a lo que nuestras abuelas llevan haciendo durante años: colocar el perejil en un vaso de agua. Pero lo cierto es que hay una manera aún mejor para conservar esta planta: congelándola.
Sí, has leído bien. Para que las propiedades del perejil se conserven durante más tiempo, lo mejor que puedes hacer es meterlo en bolsas de congelación, no sin antes haber lavado el manojo de perejil y haberlo cortado separando los tallos. Por último, solo tienes que secarlo con papel de cocina, y ya está listo para congelarlo. Si no tienes bolsas de congelación, puedes utilizar la bandeja de cubitos de hielo y añadir agua o aceite.
Por último, uno de los mejores consejos que puedes seguir a la hora de comprar perejil es elegir los racimos que tengan más hojas verdes y olerlo para confirmar su fragancia. Si ves que hay hojas marchitas, amarillentas, es que se está empezando a poner malo.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.