De dónde proceden y cómo preparar los Roscos de Semana Santa

La Semana Santa ya está aquí y como cada año, fiel a su cita, lo hace con su cargamento de dulces y postres típicos de estas fechas. Ahí están, como siempre, las torrijas, la leche frita, los pestiños, los buñuelos de viento, la Mona de Pascua... y, por supuesto, también los Roscos de Semana Santa, uno de esos dulces tan sencillos y tradicionales como irresistibles que, por si fuera poco, se pueden preparar en casa sin mucho esfuerzo.

Estos roscos, que también se conocen, dependiendo de los lugares de nuestra geografía en los que se elaboren como roscos de azúcar, rosquillas fritas o rosquillas de Semana Santa, son un delicioso postre de sartén que tiene sabor al cítrico del limón y naranja y también a anís y es suave y esponjoso al mismo tiempo.

Se trata de una elaboración muy típica de la repostería andaluza, sobre todo de las cocinas tanto granadinas como almeriense y en muchas localidades es costumbre prepararlos al mismo tiempo que el siempre imprescindible potaje de Semana Santa.

Como sucede con muchas de las recetas típicamente andaluzas, el origen de estos suculentos roscos debemos buscarlo en la cocina árabe que durante ocho siglos estuvo presente en Andalucía y cuya importante impronta está muy presente a día de hoy en su rica gastronomía.

Aunque como se ha dicho lo habitual es aromatizar los roscos con anís esta no es una norma exclusiva y hay localidades en las que se siguen otras pautas como es, por ejemplo, el caso de la gaditana San Fernando donde en muchas ocasiones la especia predominante es el clavo o también la canela.

Nosotros hoy nos ceñiremos a la receta tradicional en la que estós son los ingredientes para la elaboración de los típicos roscos de Semana Santa son los siguientes:

• huevos 
• azúcar
• aceite de girasol
• aceite de oliva
• leche entera
• ralladura de limón y de naranja
• anís 
• harina de repostería
• levadura 

Para su elaboración tendremos que seguir los siguientes pasos:

En primer lugar, en un bol grande ponemos tres huevos y una taza de azúcar con unos 130/140 gramos y con ayuda de la varilla se mezclan estos dos productos hasta conseguir que estén totalmente integrados entre sí.

Una vez conseguida la integración se añade a la elaboración unos 50 mililitros de aceite de girasol y el mismo volumen de aceite de oliva virgen extra y volvemos a batirlo todo para que se integre plenamente la preparación.

A continuación se añadirá 130 mililitros de leche y seguimos batiendo todos los ingredientes antes de añadir al bol la ralladura de medio limón y la de media naranja y batimos para fusionar todo. 

Después añadimos a lo anterior un chorrito de anís y volvemos a batir.

Una vez que todos los elementos estén bien integrados, en otro recipiente mezclamos medio kilo de harina de repostería y un sobrecito de levadura para después tamizar la mezcla con ayuda de un colador y añadirlo a la preparación de los huevos, azúcar, aceites, leche y que ya habíamos mezclado.

Después de batir muy bien todos los ingredientes hasta que la masa adquiera la textura que nos permita trabajarla, eso sí, poniéndonos un poco de aceite en las manos para evitar que se nos pegue a la hora de hacer los roscos estirando pedacitos de masa y uniendo sus puntas.

Otra manera de darles su forma a los roscos es, siempre con nuestra mano mojada de aceite, ir haciendo bolas del tamaño de una nuez y, con los dedos, haremos un agujero en el centro, abriendo bien la masa y dando forma a cada uno de los roscos. 

Por último freímos los roscos en una sartén con abundante aceite de girasol hasta que se doren. Una vez dorados eliminamos el exceso de aceite con papel de cocina y cuando estén templados finalmente debemos pasarlos por azúcar. 

Y a disfrutar de unos deliciosos roscos de Semana Santa caseros.

Un truco para que estén tiernos varios días

Un último apunte. En el canal de Youtube de 'La Cocina de Loli Domíngez' podemos encontrar el truco definitivo para que nuestros roscos de Semana Santa estén tiernos durante varios días.

El secreto consiste en la elaboración de un almíbar en el que sumergir las roscos durante unos segundos antes de pasarlas por el azúcar. La verdad es que no puede ser más fácil y su autora nos asegura que nuestros roscos estarán tiernas durante todos los días de la Semana Santa. ¿Te animas a probarlo?