El truco del chef José Andrés para conservar los tomates durante todo el año

La temporada natural del tomate es el verano, aunque podemos encontrarlo durante todo el año en los supermercados, pero todos aquellos que tengan la suerte de contar con un pequeño huerto en casa, suelen aprovechar los meses de verano para hacer conservas de tomate. 

Aunque hay diferentes formas y técnicas para elaborar estas conservas, el chef José Andrés ha decidido compartir con todos su manera particular de hacerlo. Lo que propone el asturiano es conservar los tomates enteros para así poder darles el uso que queramos, explica en su boletín Longer Tables. 

"Todo lo que necesitas son tus tomates extra, un gran tarro de Mason, y un poco de aceite de oliva virgen extra español", asegura José Andrés.

El tarro de Mason es un frasco que se utiliza para guardar semillas, conservas, salsas o mermeladas, ya que gracias a su material de vidrio puede resistir a las altas temperaturas y tiene una tapa hermética, lo cual también es ideal para preservar alimentos.

Cómo conservar los tomates según José Andrés: paso a paso

Para conservar los tomates al estilo del asturiano, hay que empezar pelando los tomates. La propuesta de José Andrés es realizar un pequeño corte en la piel del tomate y escaldarlo con agua hirviendo durante 10 segundos. Inmediatamente después, hay que pasarlo por un baño de hielo para conseguir que la piel de los tomates se desprenda fácilmente.

Con los tomates pelados, los introducimos en un tarro de Mason y presionamos de tal manera que quepan todos los posibles y eliminamos todo el aire que podamos.

A continuación, añadimos aceite de oliva virgen extra. Hay que cubrir completamente los tomates.

Los últimos dos pasos son muy sencillos. Por un lado, hay que asegurarse de que cerramos los tallos de forma correcta para que aguanten en buen estado durante meses. Para ello lo que tenemos que hacer es cerrar bien la tapa y colocar el tarro en una olla profunda con agua hirviendo. Cuando nos aseguremos que están completamente sumergidos, los dejamos hervir durante 20 minutos.

Pasado este tiempo, retiramos los tarros y los dejamos enfriar. Ya solo queda guardarlos en un lugar oscuro y seco hasta que queramos volver a utilizarlos.