El truco para que el jamón se conserve durante más tiempo

Una vez abrimos un jamón y cortamos las lonchas suficientes para la cena de Navidad, hay una duda que aparece en todos los hogares. ¿Cómo conservar la pieza? ¿Cuál es el método que permitirá que disfrutemos de nuestro jamón por máximo tiempo posible? Las formas de almacenarlo son un poco como las cabezas. Cada uno tiene la suya propia pero, decididamente, las hay que funcionan mejor que otras. En este artículo, repasaremos algunas de las maneras de conservar que suelen usar los maestros jamoneros, los que de verdad saben de esto. 

Lo primero que hay que tener en cuenta, incluso antes de comenzar a cortar el producto, es que conviene sacarlo de su envase lo antes posible. Necesita respirar y el papel donde viene envuelto no le favorece. Por ello, no tardes en ponerlo en el portajamones. Así, no perderá sus condiciones organolépticas -sus particulares características al gusto y al olfato- antes de tiempo. En cuanto lo liberes de su envoltorio, podrá durar varios meses, siempre y cuando lo almacenes en un lugar fresco, seco y que oscile entre los 10 y 15 grados. 

¿Y si lo hemos abierto?

Según numerosos expertos, envasar al vacío sería la mejor idea. De esta manera, lo único que tendrías que hacer es lonchear la totalidad del jamón, envasarlo al vacío y guardarlo en un lugar fresco y seco. Podría durar años. Lo difícil es que cuentes con el equipamiento necesario. Las máquinas de vacío no proliferan en nuestro país y, aunque existen opciones accesibles en cuanto al precio, la mayoría pueden costar más de 300 euros. 

Por tanto, no es fácil dejar toda la pata cortada y envasada al vacío. Aquí es donde entran las soluciones alternativas que varían enormemente de persona a persona. Los hay que cubren el jamón con papel de aluminio. Otros hacen lo propio con papel film. Incluso algunos vuelven a colocar los trozos de grasa que recubrían la carne. Estas son las maneras de guardar bien un jamón que ya ha sido abierto: 

1. Esta última alternativa, la de poner la grasa cortada al principio sobre la carne, según aseguran varios expertos, puede ser de gran ayuda. Los lípidos permiten que el jamón conserve un alto grado de humedad y no pierda su inconfundible sabor.
2. Otra manera de conseguir una buena conservación pasa por un trapo de algodón fino y ligero. Si lo apoyamos sobre la pieza, al tiempo que la protege de la humedad exterior y de otros agentes dañinos, hará que este oxigenado. 
3. Otra recomendable manera de repeler la humedad involcura al papel parafinado o papel de hornear. Eso sí, tienes que tener en cuenta que deberás cambiarlo de manera periódica para que no pierda su efecto como escudo.
4. Este método, empleado por el influencer Víctor Sanchego -muy conocido por sus consejos para cortar, servir y acompañar al ibérico, combina los tres anteriores. Pero es realmente sencillo. Lo primero que tienes que hacer es, con la ayuda del cuchillo, raspar la grasa del jamón y untarla sobre la carne. Después, pon una hoja de papel de cera para recubrirla. Por último, cúbrelo todo con un trapo de algodón fino.

Lejos de los electrodomésticos

Otra clave a tener en cuenta durante el proceso de conservación es que el jamón, una vez abierto, no debe estar sujeto a cambios muy bruscos de temperatura. Lo mejor es que el entorno oscile entre los 15 y los 20 grados. Por lo tanto, has de tener cuidado con los electrodomésticos que despidan calor. No es buena idea dejarlo al lado de la vitrocerámica, del horno o del lavaplatos, puesto que las altas temperaturas que alcanzan sus sistemas pueden llegar a afectar a tu jamón. 

Para detectar si se encuentra en un lugar poco idóneo, puedes examinar la superficie de la pieza y observar si se ha formado algo de moho. Un buen ambiente y un buen método de conservación harán que este tipo de agentes se mantengan alejados de la carne del jamón. Eso sí, si se encuentran sobre la piel, no te preocupes, puesto que lo normal es que aparezca en estas zonas.