Preparar un bizcocho puede parecer una tarea sencilla hasta que llega el momento de sacar nuestra obra del molde y nos damos cuenta de que se ha quedado pegado, lo que perjudica a su estética.
Afortunadamente, y gracias a las redes sociales, estamos conocimiento muchos trucos caseros y secretos de cocina que llevan pasando de generación en generación, y que ahora alguno de sus afortunados ha decidido compartir. En esta ocasión, la cuenta de Instagram 'Masterclass en pastelería 2.0', que se dedica a compartir recetas y tips de pastelería, ha revelado el truco de la abuela para que el molde (redondo) no vuelva a ser un problema.
Tal y como explica el vídeo, lo primero que necesitamos son tres hojas de papel de cocina. Hay que doblarlas tres veces: por la mitad dos veces, y la última formando un triángulo. Asegúrate de que el papel no solo esté bien doblado, sino que además se ajuste al molde de manera correcta.
Con nuestro triángulo listo, hay que darle la vuelta al molde y colocar uno de los extremos del triángulo en el centro de la base. La parte que sobresalga, recórtala siguiendo la forma redondeada del molde. De esta manera tendrás varios trozos de papel de cocina de forma redonda, que podrás poner en la base del molde antes de echar la masa, y tal y como demuestra el vídeo, que el bizcocho se quede pegado dejará de ser un problema.
La receta de bizcocho más sencilla
Ahora que ya sabemos qué es lo que hay que hacer para preparar un bizcocho sin tener ningún problema, ha llegado el momento de ponerse manos a la obra, y cocinar este dulce. No te preocupes si la repostería no es lo tuyo, que esta receta es muy sencilla.
Lo primero que necesitas es comprar los siguientes ingredientes:
- 1 yogur natural (el vaso te servirá de medidor)
- Aceite de oliva virgen extra
- Harina
- Azúcar de caña
- 1 sobre de levadura
- 3 huevos
- Ralladura de cáscara de naranja o de limón
Una vez los tengas, llega el momento de empezar a preparar el postre. Vayamos por partes: para preparar la masa del bizcocho, vierte en un bol el contenido del yogur y, una vez eliminados los restos del lácteo, utiliza el recipiente para calcular el aceite de oliva necesario. Con un vasito es suficiente. Cuando tengas medido el aceite, ponlo a freír a fuego lento, evitando que llegue a humear, pues no debe quemarse. Aprovecha para incorporar la piel del limón o de la naranja ya rallada, que aromatizará y llenará de sabor el aceite.
Una vez fría, mézclala con el yogur en el bol y añade tres vasitos de harina, dos de azúcar y el sobre de levadura. Incorpora los tres huevos batidos y remuévelo todo muy bien, con movimientos envolventes para formar una masa. Recuerda que estos deben estar a temperatura ambiente, sácalos previamente y por un tiempo prudencial de la nevera, tal y como recomienda el Instituto de Estudios del Huevo (@huevoinstituto).
Solo te falta el "momento horno”. Precaliéntalo a unos 170º - 180º y, mientras alcanza la temperatura, prepara el molde adecuado, sin olvidar untar sus paredes con unas gotas de aceite. Vierte la mezcla e introduce el molde en el horno. En unos 35 o 40 minutos, estará listo. Espera que esté templado para desmoldar y disfrutar. Recuerda que a la masa puedes añadirle lo que te apetezca: unos frutos secos, anís en grano, virutas de chocolate... Fácil y a tu gusto.