Trucos para hacer una hamburguesa de 10 en casa

Como cada año, este 28 de mayo se celebra el Día Internacional de la Hamburguesa. ¿Quién no se come una sabrosa hamburguesa de vez en cuando? ¿Qué exquisito gourmet pude decir que no puede llegar a ser un bocado exquisito? ¿Hay alguien que pueda estar tan mal de la cabeza como para decir que no le gustan las buenas hamburguesas? Puede que sí, pero desde luego pertenece a una inmensa minoría. Tal vez por eso esta elaboración ha conseguido el rango de plato estrella de la cocina en todo el mundo hasta el punto de haber logrado tener un día internacional para su reconocimiento.

Pero, aparte de lo ya dicho, ¿por qué se celebra este Día de la Hamburguesa? Lo cierto es que el origen de la celebración es incierto y nadie puede asegurar que conoce el motivo por el que se instituyó esta fecha pra homenajear a la hamburguesa, pero de todas formas se ha especulado mucho sobre el tema.

Para unos esta celebración es una maniobra orquestada por las grandes cadenas norteamericanas de hamburguesas que tienen establecimientos repartidos por el mundo, para otro en esta fecha se conmemora la gran idea idea de aquellas panadería de la localidad alemana de Hamburgo comenzaron a preparar panes redondos.

Incluso circula la leyenda, repetimos leyenda, de que el 28 de mayo del año 1900 un inmigrante alemán en Estados Unidos sirvió la primera hamburguesa en su establecimiento por pura casualidad, sencillamente porque un hambriento cliente con prisa le dijo que le preparase algo rico muy rápidamente.

Y es que los orígenes de la hamburguesa son realmente desconocidos, lo único que se sabe a ciencia cierta es que la primera que se preparó se hizo a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando la recién industrializada industria norteamericana reclamaba para sus operarios un plato rápido y nutritivo que les permitiese reponer fuerzas en poco tiempo y regresar con presteza a sus puestos de trabajo.

Esto podría indicar que el origen de la hamburguesa debemos buscarlo en en Estados Unidos, pero, como se ha apuntado, hay expertos que aseguran que hay que buscarlo en Hamburgo y son muchas las familias que allí se atribuyen el honor de haber tenido la idea de preparar entre dos rebanadas de pan redondo un filete de carne picada de vacuno, un 'hamburger steak'.

Al parecer, no tardó mucho tiempo antes de que a ese filete de carne picada se le comenzara a aderezar con otros acompañamientos sin los que hoy la hamburguesa no sería tal sino un simple, y no por ello menos gustoso, 'filete ruso'. Nos referimos a la cebolla, las hojas de lechuga, el tomate, los encurtidos...

La historia de la hamburguesa no está tampoco exenta de polémica ya que durante los años noventa surgió una importante discusión en torno a su capacidad nutricional y en Estados Unidos se la etiquetó, junto al pollo frito y el pastel de manzana como comida rápida, sinónimo de comida basura a pesar de ser uno de los alimentos icónicos de la cultura gastronómica norteamericana.

Una condición de elaboración icónica que en muy poco tiempo se extendió por el resto del planeta hasta convertirse en parte de la dieta habitual en todas partes del mundo y que grandes chefs de la gastronomía de todos los países la hayan reconvertido hasta convertirla en un plato que hoy es una moda gourmet.

Porque, en definitiva, la hamburguesa, que tan relacionada está con el 'fast food' y la comida de baja calidad, seguramente por  la producción industrial de esta elaboración que la alejó de restaurantes y grandes chefs, no haya dejado de ser durante más de un siglo, junto con la pasta, uno de los platos más universales hasta el punto de tener, por derecho propio un Día Internacional.

​Cómo prepararla una gran hamburguesa en casa

Para realizar una gran hamburguesa en casa hay que tener en cuenta que un elemento fundamental es el pan. El pan puede cambiar por completo el resultado final de la hamburguesa puesto que si la carne es de muy buena calidad pero el pan no acompaña, nuestro plato perderá toda la gracia y parecerá uno más.

Un consejo indispensable es que no te limites a comprar el típico pan de bolsa que puedes encontrar en cualquier supermercado, sino que acudas a una panadería. Allí podrás elegir el tipo de pan que más te guste de entre todas las opciones que encuentres que, muy probablemente,  serán más que en el supermercado. Si no sabes qué tipo de pan elegir, una buena opción es el pan de brioche, que le dará un delicioso toque dulce al plato. Y, sobre todo, cuando ya tengas el plato listo, no olvides calentar el pan para que esté a la misma temperatura que la carne.

Además del pan hay que tener en cuenta el que sin duda es el ingrediente más importante, la carne. En este sentido es fundamental recordar que estamos haciendo una auténtica hamburguesa y no un poco de carne picada aplastada. Por lo tanto, hay que sazonar bien el producto, toda la carne, no únicamente la parte de fuera, y amasarla un poco para que quede más asentada.

Si no sabes qué ingredientes utilizar, puedes añadir sal, pimienta negra molida, perejil, un poco de orégano, salsa de soja y aceite de oliva virgen extra, pero esto ya es algo muy personal y  ligado al gusto de quien cocina. Hay personas que añaden ajo, cebolla o incluso queso. Por cierto, aquí es importante recordar que una hamburguesa nunca debe estar seca. De hecho, es preferible que esté poco hecha y acabar de hacerla al gusto de cada uno, pero que no quede muy hecha y seca. Por ello, en función del grosor, pasarla unos tres o a lo sumo cuatro minutos por cada cara y listo.

Finalmente, hay que elegir qué productos añadirás como acompañantes de la hamburguesa porque hay muchas personas que consideran que una buena hamburguesa no necesita complementos, muchas otras preferimos añadirle tomate, queso o cebolla. En este caso, como siempre, asegúrate de que sean ingredientes de calidad y cuidar todos los detalles. Por ejemplo, si añades cebolla, puedes hacerla caramelizada, así tendremos un contraste dulce que siempre resulta interesante. Otro clásico es el queso cheddar, aunque puedes añadir otros tipos de queso como el brie, el azul, el de cabra…