Iñigo Urrechu: el chef que eleva la cocina tradicional
Empezó a los 17 años con Martín Berasategui que le enseñó pasión por el oficio y a ser buena persona
El 22 de agosto de 1970 nacía en la localidad guipuzcoana de Villareal de Urrechu, Iñigo Pérez, hoy conocido por todo el mundo como el chef Urrechu.
Estuvo a punto de fallcer por culpa de un durísimo ataque de asma cuando tan solo contaba un año de vida, pero lo superó y continuó en este mundo con ese renovado ímpetu por la vida y esa alegría de vivir que ahora transmite a todos los que tenemos la suerte de conocerle y que le llevó a comenzar su carrera a los 17 años nada menos que de la mano del genial Martín Berasategui junto a quien aprendió del buen gusto por la cocina y adquirió la pasión por el oficio, pero también, como el maestro donostiarra, a ser buena persona y a que eso se refleje en cada uno de sus platos.
Después de haber sido jefe de cocina de Berasategui, con tres estrellas Michelín desde 2002, trabajó en diferentes restaurantes franceses como Le Pain Adour et Fantasie, con dos estrellas Michelin, pasando por las manos de Didier Oudil, antiguo jefe de cocina del legendario Michel Gerard, uno de los padres fundadores de la nouvelle cuisine, depuró aún más su, ya de por sí, increíble técnica culinaria.
Al volver de Francia, Urrechu fue jefe de cocina en un restaurante de costa en el puerto guipuzcoano de Orio, el Obia, donde amplió sus conocimientos, sobre todo, en la cocina tradicional y en la cocina de parrilla.
Un sueño cumplido
Una de las fechas clave en su carrera fue el 5 de diciembre de 1993, cuando llegó al restaurante madrileño El Amparo, dirigido por Carmen Guasp, donde permaneció durante ocho años como jefe de cocina hasta que en septiembre de 2001 cumplió el sueño de abrir su propio restaurante.
Lo llamó, naturalmente, Urrechu y está situado en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Diez años más tarde inicia su andadura empresarial abriendo su segundo local, El Cielo de Urrechu, al que le sigue el A'Kangas by Urrechu, en La Moraleja y posteriormente, en el año 2017, se instala en Madrid capital con Urrechu Velázquez.
Para entonces, además de haber creado su empresa de gastronomía que nació como Gastromedia y hoy es – ivoro, hacía ya tiempo que su rostro y su cocina eran de sobra conocidos, no solo por su buen hacer en los fogones sino también por sus apariciones en programas de cocina de televisión de distintas cadenas (TVE, La 2, Antena 3, Telecinco, Canal Cocina, Telemadrid) como Gestmusic, Al Grano, Abran Fuego,Tomates y Pimientos, Sabor de Verano, La vida en dulce, El Fogón o Cocineros al Volante. Sin olvidar por supuesto la publicación del libro El Chef en casa (Ed. Martínez Roca) y sus colaboraciones y apariciones en numerosos programas de radio, periódicos, revistas, portales de Internet...
La cocina creativa es evolución
Exfumador empedernido y ahora deportista extremo, está casado con Elisa, con la que tiene dos hijos de 21 y 15 años.
Para Urrechu, él mismo lo ha explicado, "la cocina creativa es evolución. Es saber considerar un producto, no por su precio, sino por su calidad o por lo que se puede llegar a hacer con él. Es dotar al producto de una capacidad única para evocar experiencias distintas, emociones o vivencias en el comensal".
Y es que la creatividad de Iñigo Urrechu no es mera originalidad, es la técnica y la evolución del producto aplicada a las elaboraciones de la cocina tradicional. "Concentración, siempre cuando estas en el trabajo, y lo más importante, respeto al comensal", recuerda el chef vasco cada vez que tiene ocasión.
Para Iñigo Urrechu la gastronomía es un arte. Combina y mezcla la mejor materia prima en productos frescos con los mejores sabores, junto con ingenio y creativas técnicas culinarias propias de su tierra vasca, añadiendo siempre pinceladas de su mayor secreto, la pasión y el amor por la cocina.
Desde siempre, la filosofía de Urrechu ha buscado enamorar, sorprender a los que llegan a comer a su casa aportando calidad y actitud, no sólo a la comida, sino al trato de las materias primas transmitiendo en cada experiencia gastronómica un arte, el de la cocina.