El vino no quiere ser como el tabaco: rebelión contra el etiquetado sanitario

Tras medio año de consultas con los estados miembros, el pasado mes de enero la Comisión Europea dio luz verde al proyecto de reglamento irlandés que pretende advertir en las etiquetas de productos alcohólicos (vino, cerveza, cava y bebidas espirituosas) del peligro que su consumo implica para la salud. En la misma línea de lo que sucede con los paquetes de tabaco ( "el tabaco mata"), se pretende introducir mensajes como "el alcohol provoca cáncer", "existe una relación directa entre el alcohol y los cánceres mortales" o "el consumo de alcohol provoca enfermedades hepáticas".

Según ha desvelado el prestigioso portal vinícola francés 'Vitisphere', el objetivo de Bruselas es reducir "al menos un 10% del consumo nocivo de alcohol para 2025" y la revisión de la normativa comunitaria sobre el etiquetado es una de las herramientas que se utilizarán para lograrlo.

De hecho, el portavoz de Salud Pública de la Comisión Europea, Stefan de Keersmaecker, ha declarado que "el etiquetado es un tema importante y estamos trabajando en eso a partir de un estudio de impacto y un trabajo técnico en curso para dar a los consumidores los medios que les permitan tomar decisiones informadas en términos de alimentos sostenibles y saludables".

 

 

El Gobierno de Irlanda ha apuntado que estos mensajes sanitarios se irán introduciendo en el etiquetado de manera progresiva durante tres años, algo que no tranquiliza a la industria alcoholera de los países productores que como era de esperar han reaccionado airadamente contra esta medida.

Así, el Secretario General del Comité Europeo de Empresas del Vino, el español Ignacio Sánchez Recarte, ha declarado que "la legislación armonizada y el mercado único son dos de los mayores logros de la UE y sus principales activos para los ciudadanos y las empresas, especialmente las pymes. La Comisión Europea no ha mostrado ninguna voluntad para actuar en defensa de los tratados de la UE, el mercado único y su propia legislación". 

Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha expresado que  las condiciones de comercialización "tienen que ser similares en toda la Unión Europea, tienen que ser una decisión comunitaria y no nocional". Según él, el propio sector y la administración defienden el consumo moderado de alcohol pero "de ningún modo con medidas que rompan el mercado".

 

 

Si bien el ministro español ha rechazado recurrir a la Organización Mundial del Comercio (OMC) para resolver el debate que ha generado la decisión de la Unión Europea y que ha recibido las críticas de productores vinícolas y de Estados miembro como Italia, que ha avanzado que planteará un recurso.

"Hay alguna iniciativa por parte de algún Estado miembro de ir a la OMC pero yo creo que esto es un tema de familia europea y lo tenemos que resolver en el seno de la UE. Cualquier aproximación unilateral no me parece adecuada", ha aseverado Planas para quien preservar el Mercado Único significa tener aproximaciones comunes, y aunque respeta la competencia de los Estados miembro en materia de salud, ha recordado que, en este caso, Irlanda está además reglamentando un producto alimentario concreto como es el vino. "Nos parece que tiene que haber una aproximación común y hemos pedido a la Comisión que se pronuncie sobre este tema", ha adelantado Planas.

Pero España no es el único estado miembro en el que crece la inquietud por este tema, la eurodiputada francesa Irène Tolleret ha declarado al ya mencionado portal 'Vitisphere' "que esta decisión obstaculiza el mercado único y penaliza a los viticultores". Y en Italia, otro de los países más afectados por la medida, desde la Confederación Nacional de Agricultores Directos (Coldiretti), el mayor sindicato agrícola italiano habla de "advertencias terroristas que no tienen en cuenta las cantidades ni la oposición de Francia y España y otros seis estados miembros, que consideran la media un obstáculo al mercado interior".