Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorLa piel es un órgano en constante renovación que es mucho más que un simple envoltorio. En permanente relación con los demás órganos, puede revelar disfunciones o enfermedades, y transmitir información entre el cuerpo y el mundo exterior a través de sus múltiples terminaciones nerviosas, tal y como explica la Academia Española de Dermatología y Venereología. Hay que tener en cuenta que la piel es el órgano más grande y expuesto del organismo, por lo que resulta determinante cuidarlo y protegerlo debidamente.
Estos meses, el uso continuado de geles hidroalcohólicos y mascarillas es una parte fundamental de nuestro día a día pero está ocasionando en la piel reacciones irritativas como acné, rosácea, eccemas o dermatitis, aunque estén formulados para no irritar. Es conveniente limpiar bien la piel de la cara, antes y después del uso de la mascarilla con jabones limpiadores suaves y aplicar una crema hidratante para recuperar los nutrientes y el agua que la piel necesita. Los geles de manos con un alto contenido en alcohol puedes resacar la piel, por ello, es recomendable el uso frecuente de cremas con componentes hidratantes, calmantes y reparadores.
Las reacciones de la piel pueden afectar a nuestra imagen y generarnos una ansiedad extra. Pero muchas veces podemos resolverlos con cuidados naturales y constancia en las rutinas. Te proponemos 4 plantas que cuidan de forma especial la piel.
El extracto de raíz de malvavisco proviene de la planta Althaea originaria del norte de África, Europa y Asia occidental. El mucílago se extrae de su raíz y se usa con fines medicinales; pero además, contiene otros ingredientes que promueven la salud de nuestra piel, como son los polisacáridos y los flavonoides. El efecto antiinflamatorio de la raíz de malvavisco puede ayudar a aliviar la irritación de la piel causada por furunculosis, eccema y dermatitis. También alivia el enrojecimiento y ayuda a retener la humedad. Por todo ello, las personas con una piel sensible y fácilmente irritable pueden utilizar una crema con malvavisco hasta dos veces al día.
Originaria del Mediterráneo, la caléndula es una planta herbácea comúnmente utilizada en productos herbales y para el cuidado de la piel, que se ha utilizado tradicionalmente en la medicina ayurvédica y china tradicional. Su aceite tiene propiedades antifúngicas, antiinflamatorias y antibacterianas útiles para curar heridas, aliviar el eccema y la dermatitis. El aceite caléndula se obtiene por la destilación con vapor de la corona de las flores y tiene un gran efecto antiinflamatorio ideal para el tratamiento de heridas persistentes, úlceras y venas varicosas. También es hidratante y calmante, perfecto para la piel seca. Basta con aplicar unas gotitas y hacer un ligero masaje.
El aceite de árbol de té, que se obtiene a través de la destilación al vapor de las hojas del árbol, ha demostrado ser efectivo contra los dermatofitos, hongos que causan infecciones en la piel y las uñas, y como tratamiento para afecciones bacterianas e inflamatorias como el acné. Las propiedades antimicrobianas, antifúngicas y antibacterianas son beneficiosas para las enfermedades e infecciones de la piel, según un informe de Dermatology Times (@DermTimesNow), si bien debemos ser cautelosos con el uso de este aceite ya que puede provocar picazón, enrojecimiento y descamación.
Durante siglos, el hombre ha estado utilizando el aloe como planta curativa, gracias a su eficacia en el tratamiento de las quemaduras, picaduras de insectos o la cura de heridas e irritaciones dermatológicas. Contiene antioxidantes, enzimas, vitaminas A y C, y es altamente antiinflamatorio. Además es un antiséptico natural, que puede ser utilizado en heridas abiertas y quemaduras. Sus vitaminas y aminoácidos contribuyen a la cicatrización y mejora la circulación tras su aplicación. Pero debemos tener en cuenta que para que una crema o un gel de
aloe vera conserve sus propiedades tiene que presentarse en un envase hermético que proteja el producto de la oxidación.