El acné no tiene edad: lo que necesitas saber sobre su incidencia en personas mayores

Como bien es sabido, el acné es un trastorno de la piel que se produce cuando los folículos pilosos se obstruyen con la grasa o las células cutáneas muertas presentes en la superficie. Todavía no se sabe a ciencia cierta cual es la causa del acné, sin embargo, algunos expertos apuntan a los cambios hormonales, pues estos granitos son más frecuentes durante la adolescencia y el embarazo. Aunque esta no es una norma inquebrantable, al igual que ocurre con la alimentación o la suciedad, otras de las supuestas causas.

De hecho, el acné también puede afectar a los adultos. Estos padecen igualmente los síntomas relacionados, entre los que se encuentran las pústulas, los nódulos, las pápulas o los poros abiertos. No obstante, estos casos presentan ciertas peculiaridades. ¿Qué debes saber al respecto?

Más propensos a las cicatrices

En primer lugar, las causas suelen estar más delimitadas, aunque no han sido demostradas científicamente, pues cada caso es un mundo. Tal y como hemos visto, la grasa generada por las glándulas sebáceas y las alteraciones hormonales siguen detrás de la aparición del acné, pero a estas fuentes se suman el estrés, que aumenta la secreción de cortisol; el consumo de ciertos medicamentos, como los corticoesteroides; el tabaquismo o algunas enfermedades, como la diabetes tipo 2 o el síndrome del ovario poliquístico, que incrementan la producción de hormonas.

Otra diferencia con respecto al acné juvenil es que a mayor edad más intensidad tendrá el brote, lo que aumenta también las posibilidades de que los granos dejen marcas en la piel. Esta agresividad afecta directamente al tratamiento, que se ve perjudicado por el escasa incidencia de dicha afección en adultos. “Los medicamentos específicos para el acné están diseñados para el acné juvenil, por lo que no son tan efectivos en los adultos. El acné debe ser tratado por un dermatólogo, atendiendo a las causas que también deben tratarse”, explican desde Sanitas. ¿A qué opciones puedes recurrir?

Quizás el método más eficaz sea la administración de isotretinoína, un fármaco que actúa como antiinflamatorio, inhibe la bacteria responsable del acné, disminuye la producción de sebo y elimina los granos. Eso sí, existen más alternativas como las cremas con peróxido de benzoilo, los tratamientos con láser y detoxicantes, la exposición al sol o los medicamentos con retinol, entre otros. Debe ser tu médico de cabecera o el especialista quien determine el mejor tratamiento. Eso sí, no se recomienda reventar los granos y vaciarlos, así como el uso de cremas o cosméticos grasos.