Aumentan las residencias que registran nuevos brotes de Covid-19 tras administrar la segunda dosis de la vacuna
Los brotes ocurridos en residencias de mayores de Gijón, Mallorca y Ciudad Real –donde decenas de personas se han contagiado e incluso un residente ha fallecido más de 6 días después de poner la segunda dosis de Pfizer–, no ponen en tela de juicio la efectividad de la vacuna, más allá de lo que ya se sabía. Al menos, así lo entienden varios expertos consultados por 65Ymás que adelantan que todavía necesitan conocer todos los datos de cómo han ocurrido las infecciones, para saber a qué causas se han podido deber.
Lo que no parece verosímil es que los mayores se hayan infectado por ponerse la vacuna. Esta hipótesis es descartada por todos los científicos, puesto que a los pacientes no se les está inyectando un virus, sino que se emplea la técnica del ARN mensajero.
Con todo, hay diferentes hipótesis de cómo se han podido infectar, descartando esta última posibilidad. Algunos, hablan de un posible error humano. Otros, de que el proceso de inmunización no estaba todavía concluido. Y los hay también que argumentan que la vacuna no exime de la infección, sólo de los síntomas más graves, aunque es cierto que determinados estudios preliminares comienzan a demostrar que este antivirus impide, en un determinado porcentaje, la transmisión de la enfermedad.
Eso sí, en lo que todos coinciden es en que hay que seguir vigilantes, puesto que, por ahora, no se sabe todo sobre la eficacia de estas vacunas.
Fernando Simón pide precaución en las residencias
En ese mismo sentido se ha manifestado este jueves, preguntado por este diario, el propio director del Centro de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón.
Simón ha señalado que, por ahora, se desconoce si los residentes infectados se han contagiado por no estar del todo inmunizados (al no haber pasado el tiempo suficiente después de la segunda dosis) o porque forman parte del porcentaje de la población que no queda inmunizada con la vacuna.
"La eficacia no es del 100%. No todos quedan inmunizados. Entre un 10 o un 5%, depende de la vacuna, no genera inmunidad y pueden infectarse", ha reconocido.
En todo caso, ha añadido, se deben guardar las medidas de protección una vez se reciba la segunda dosis. "Tenemos que tener mucho cuidado en todas las residencias, en los siguientes días, una vez nos aplican la vacuna, hasta que generamos la inmunidad, de tratar de protegernos lo más posible", ha añadido.
Otra hipótesis: un posible error humano
"En el caso de Gijón, aún se encontraban en el periodo ventana. Seguramente, se infectaron ocho o diez días después de recibir la segunda dosis. Esa es una posible causa –suele ser la más frecuente–, aunque todo el personal estuviese vacunado", explica el epidemiólogo de la Universidad de Oviedo, Pedro Arcos, que coincide en su interpretación con el director del CAES.
Sin embargo, añade, no se puede descartar el error humano. "Otra posible causa es que haya habido problemas en el lote, que no se haya tratado logísticamente bien, se haya roto la cadena de frío y se haya inactivado la vacuna. Pero es más raro. Y es fácil de comprobar, si se ve que habían transcurrido más de ocho o 10 días de la segunda dosis. Pero no es muy frecuente, aunque, de hecho, Pfizer tuvo ese problema en Bélgica, al principio", recuerda.
Así, al margen de estas dos explicaciones, el epidemiólogo no encuentra muchas otras posibilidades, sobre todo, sabiendo que se trata de un brote masivo. "Otra cosa distinta es que aparezcan unos cuantos casos en una residencia en la que la gente estaba vacunada", matiza. Y argumenta: "En ese caso, la causa más frecuente suele ser que, en personas mayores, las vacunas no tienen la misma eficacia, porque tienen menos capacidad de reacción defensiva frente a agentes externos, como la vacuna. Ocurre con otras vacunas, como la de la gripe, porque el sistema inmunitario está más débil".
La vacuna podría no detener la transmisión
"Las vacunas protegen de una infección grave, al menos, en el 95% de los casos. Puede haber un 5% que no queden protegidos, pero las que quedan inmunizadas, lo están contra una Covid grave. Es decir, pueden tener el virus en las vías respiratorias y, probablemente, contagiar a compañeros y compañeras, pero no tener consecuencias clínicas", asegura por su parte el inmunólogo, Alfredo Corell.
Además, apunta, se debería analizar si el fallecimiento en uno de los centros que tuvo decenas de casos –la gran mayoría de ellos, asintomáticos– fue por Covid. Algo, que aún está por ver. Pese a todo, Corell avisa que "el estar vacunado no significa que no vayamos a estar en contacto todavía con el virus una temporada".
Coincide con el inmunólogo, la médico especialista en Salud Pública, María Sáinz. "Creo que, a veces, se pone mucho énfasis en la prevención gracias a la vacuna. Que es algo cierto. Incluso, con la primera dosis, muchas personas tienen anticuerpos. Pero eso no es incompatible con que, en un lugar cerrado y concentrado, dónde viven personas mayores con patologías, no pueda circular el virus", señala.
"Desgraciadamente, esto pasa cuando no se pone suficiente interés en el control de casos y no se les separa, porque la vacuna no te inhibe de tener la enfermedad, sólo de los síntomas graves. Y es lo que ha ocurrido en las residencias: se han pensado que ya estaban cubiertos, y no", advierte.
"El brote pudo haberse originado antes de la segunda dosis y que estas personas ya estuvieran incubando el virus", opina por su parte la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles. "Por eso es muy importante hacer hincapié en que en ningún caso se deben relajar las medidas de protección cuando uno se ha vacunado. No hasta que los científicos sepamos más sobre hasta qué punto el estarlo impide que podamos seguir contagiando, aunque el virus ya no consiga hacernos enfermar. Todo apunta a que sí vamos a poder contagiar, ya se ha demostrado con la vacuna de AstraZeneca", indica.
"Es un tema importante. Primero, las vacunas sólo dan el máximo de protección cuando han pasado, por lo menos, dos semanas desde la segunda dosis. Segundo, incluso así, no funcionarán en un porcentaje pequeño de la población (en las vacunas actuales, alrededor del 5%). Y, de todas maneras, habrá que estudiar con calma estos casos para entender mejor que ha pasado", concluye por su lado el investigador de la Universidad de Leicester, Salvador Macip.