Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorPrevenir la mala circulación es imprescindible para mantener una buena salud, independientemente de la edad que se tenga, pero el estado físico general de las personas mayores requiere prestarle algo más de atención. Llevar un estilo de vida saludable, mantener una dieta sana, llevar una buena hidratación y realizar ejercicio moderado de manera regular será clave para mantener una buena circulación sanguínea y evitar problemas relacionados con el sistema cardiovascular.
Algunos de los signos de delatan una mala circulación son:
Para mejorar la circulación de la sangre es importante adaptar determinados hábitos que ayudarán a que el sistema arteriovenoso se mantenga fuerte y saludable. En este aspecto, la nutrición es una de las claves más importantes. Una buena dieta es esencial para mejorar la circulación sanguínea.
Los antioxidantes previenen el estrés oxidativo, evitan la inflamación y protegen las células de las paredes de las venas, arterias y capilares. Los alimentos con más acción antioxidante son aquellos que destacan por determinadas vitaminas y minerales:
Las proteínas son necesarias en el cuerpo para mejorar la circulación sanguínea. Los músculos de las piernas juegan un papel esencial en la circulación sanguínea. Al contraerse, los músculos de la pantorrilla comprimen los vasos sanguíneos de las extremidades inferiores, impulsando el ascenso de sangre al corazón.
Por su parte, los productos ricos en ácidos grasos Omega-3 favorecen la circulación sanguínea. Pescados como las sardinas, caballa, atún, salmón; las nueces, las semillas de lino y los aceites de linaza, camelina y cáñamo, son alimentos que nos pueden dar un buen aporte de este ácido graso omega-3.
Además, especias, infusiones y hierbas aromáticas como la albahaca, el romero, el cilantro, la cúrcuma, el jengibre, la mostaza, la nuez moscada, el chile y el té verde también son muy recomendables para mejorar la circulación de la sangre.
Además del ejercicio diario y una dieta adecuada también podemos incorporar algunos hábitos a nuestra rutina para mejorar la circulación.