El ajo es una hortaliza perteneciente a la familia de las liliáceas junto con las cebollas, cebolletas y puerros. Es una planta milenaria que a lo largo de los siglos se ha utilizado como remedio casero para tratar procesos infecciosos, epidemias, el cólera, la tuberculosis o para limpiar y currar heridas.
La parte más utilizadas de esta planta es el bulbo que está compuesto por una o dos decenas de dientes individuales, recubiertos por una fina capa de piel.
En el plano nutricional, el ajo es una excelente fuente de vitamina B6 o piridoxina, que ayuda a descomponer las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono. También es rico en vitamina C, manganeso, selenio, hierro, potasio y cobre. Por cada 100 gramos de ajo obtenemos unas 98 calorías, 8 gramos de proteínas,16 de hidratos de carbono y 5,5 de fibra, entre otros nutrientes. Además, el ajo contiene alicina, un compuesto azufrado que es el responsable del sabor y aroma tan característicos del ajo, con propiedades farmacológicas, de ahí que, en este sentido, el ajo sea muy interesante por sus propiedades beneficiosas para la salud.
Propiedades del ajo
Gracias a su composición química, el ajo nos ayuda a mejorar nuestra salud, a mantener nuestras defensas y a estar más protegidos frente a agentes externos que pudieran ser nocivos.
- Evita la agrupación de plaquetas, células responsables de la coagulación de la sangre, en las paredes de las arterias, con lo que actúa como anticoagulante reduciendo el riesgo de padecer enfermedades del sistema circulatorio.
- Regula los niveles de colesterol en sangre.
- Reduce el riesgo de padecer enfermedades del corazón.
- Gracias a los compuestos sulfurosos, inhiben las células cancerosas y al enlentecer la réplica de ADN bloquean los tumores.
- Ayuda a disminuir la presión arterial debido a su capacidad vasodilatadora.
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Cuida la piel, ayudando a combatir infecciones causadas por hongos y bacterias.
- Durante años se ha utilizado como remedio casero para tratar verrugas (se pone una rodaja de ajo sobre la verruga, se cubre con esparadrapo y se deja toda la noche tapado) y picaduras de insectos.
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Evita la oxidación de las células de nuestro organismo.
- Ayuda a combatir resfriados, gripe y procesos catarrales en general por su poder antiviral.
Consejos y curiosidades
- Para aprovechar al máximo sus propiedades lo mejor es comerlo machacado y no entero, también mejor en crudo.
- Si quieres un ajo de sabor potente, cómpralo fresco, que no esté blando y que no haya empezado a brotar. Si, por el contrario, no vas a usarlo de inmediato, puedes optar por el polvo de ajo, será menos aromático, pero siempre lo tendrás a mano.
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Guárdalo a temperatura ambiente en un lugar fresco y oscuro, alejado de una fuente de calor y de la luz del sol. Puede aguantar en perfectas condiciones entre dos y tres semanas.
- Por sus efectos antifúngicos, en muchos campos de cultivo se suelen utilizar extractos de ajo para evitar la aparición de hongos.
- Para eliminar el olor de ajo de las manos existen varios trucos. Puedes frotar tus manos con café molido o con perejil picado y después enjuagarlas. Otra manera de neutralizar el olor es frotar las manos sobre un utensilio de acero, por ejemplo una cuchara, bajo el grifo de agua.