Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorEl apionabo, conocido también como apio rábano o el feo, es una hortaliza de raíz muy consumida en la gastronomía de Europa del este y también, y en especial, en la francesa en la que es muy apreciada por su sabor.
Esta hortaliza propia del otoño e invierno no hay que confundirla con el apio, muy común en España, del que solemos utilizar sus pencas y hojas para consumirlas en ensalada, hacer unos crudités o para preparar un caldo.
Perteneciente a la familia de la umbelíferas, esta hortaliza, es muy apreciada en Francia, Reino Unido y Holanda. De ella se utiliza el bulbo, y si bien es poco agraciado por lo que hace a su aspecto, sí tiene un sabor ligeramente dulce que recuerda al perejil y lo hace exquisito para elaborar sopas y cremas, aunque por su potente sabor hay que utilizarlo en mesura para que no enmascare los demás ingredientes de la receta.
En el plano nutricional, el apionabo tiene un alto porcentaje de agua, apenas tiene grasa, muy pocos hidratos de carbono y es bajo en calorías, tan solo 42 calorías por cada 100 gramos. Esto lo convierte en ideal para aquellas personas que han de seguir una dieta de adelgazamiento o que tienen que vigilar su peso. Es rico en potasio, por lo que ayuda a prevenir la retención de líquidos y a regular la tensión arterial y, también, calcio, fósforo y vitaminas B6, C y K que contribuyen a reforzar el sistema óseo e inmunológico y a fomentar la actividad cerebral.
Como ocurre con otras verduras y hortalizas, durante la cocción se pierden parte de sus propiedades, en este caso la vitamina C. Por este motivo es recomendable comerlo en crudo, lo que favorecerá que se pueda apreciar todo su sabor, además de tener todo el aporte vitamínico. Una manera de hacerlo es en ensalada, se puede cortar en pequeñas rodajitas, a dados, rallado o laminado. También una forma habitual de encontrarlo en los platos franceses es cortado en juliana y mezclado con una salsa mahonesa elaborada con mostaza en grano, pepinillos y alcaparras, como ingredientes base, que se conoce con el nombre de salsa remoulade.
Si, por el contrario, preferimos cocinarlo, el apionabo es un buen acompañante de guisos y sopas y, también, como guarnición de platos de pescado o carne, a los que aportará todo su aroma y sabor.
Si lo cocemos, podemos aprovechar el caldo resultante para hacer sopa o puré o añadirlo a un arroz o a un asado al que incorporará todo su aroma.