Victoria Herrero
Alimentación
Comer como un climariano: lo último para ser respetuoso con el medio ambiente
Con esta última tendencia en alimentación se busca reducir los efectos del cambio climático
No hay día que no tengamos noticias de una nueva tendencia en alimentación. En este caso vamos a conocer una nueva pauta a la hora de comer que guarda una gran relación con los efectos devastadores del cambio climático. Así pues, lo último en la mesa es ser un climariano; es decir, comer de tal manera que uno sea respetuoso con el medio ambiente, sostenible y pueda, con este hábito, ir frenando ese deterioro del entorno que nos rodea.
Una triste realidad
Una idea que no va muy desencaminada con respecto a las recomendaciones que este verano lanzaba la ONU (@ONU_es). Según esta organización, existe una "relación directa entre el cambio climático y la degradación del suelo global" con efectos negativos como un incremento de las zonas áridas, la pérdida de biodiversidad, el aumento de sequías...
Consecuencias dramáticas que, si continúan, según estos expertos, ponen en peligro los pilares básicos de la seguridad alimentaria: disponer de alimentos de una forma estable, poder acceder a ellos y utilizarlos (alimentarnos y nutrirnos). Y todo eso para los 8.000 millones de seres humanos que vivimos en este planeta.
Los principios de esta nueva forma de alimentación
Si eres una persona a la que le preocupa a partes iguales la alimentación y la situación actual del planeta puede que te interese seguir leyendo. Así pues, si quieres ser climariano, tu comida debe basarse en el consumo de productos de proximidad, que estén producidos o cultivados de una forma responsable y sin que haya ni rastro de plásticos. Además, deberás limitar la ingesta de carne y hacer una gestión sostenible de los residuos. En este último punto se hace especial hincapié para reducir las alarmantes cifras del desperdicio de comida: se derrocha un 25% de la comida que se produce en el planeta.
Esto es ser climariano. Eso y apostar por frutas y verduras, legumbres y pesca sostenible. ¿Y qué pasa con la carne? Se puede comer, siempre y cuando no se exceda del consumo semanal, sean opciones procedentes del cerdo o del pollo y vengan de la ganadería extensiva. Y es que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (@FAOenEspanol) las explotaciones industriales de carne "son las responsables del 14,5% de los gases de efecto invernadero o del 92% de las emisiones de amoníaco" que perjudican la calidad de los campos para su posterior cultivo.
Precisamente por el impacto de muchos de estos alimentos sobre el medio ambiente, los seguidores de esta nueva dieta defienden también que se incluya en el etiquetado nutricional toda la información relativa a las emisiones que supone su producción. De esta manera, sabremos qué comemos y si estamos favoreciendo la salud del planeta.