Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLas grasas suelen estar relacionadas con la obesidad y los alimentos insanos. Pero no podemos olvidar que son necesarias para nuestro organismo. La clave, como todo, está en diferenciar entre las saludables y las que no lo son y en el control de la ingesta de estas últimas. Porque, hay grasas buenas que deben formar parte de una dieta equilibrada.
Parece claro que no es lo mismo la grasa que procede de un aguacate que la que puede contener un producto procesado que compramos en un supermercado. Hay grasas beneficiosas que son muy nutritivas y es aconsejable incorporar en una dieta variada y saludable.
Al igual que sucede con la proteína o los hidratos de carbono, la grasa es un nutriente básico para nuestro organismo. Son, junto con los hidratos de carbono, nuestra principal fuente de energía. Además, nos proporciona los ácidos grasos esenciales, ya que nuestro cuerpo no los fabrica y son imprescindibles para mantener con vida a nuestras células. Y también nos provee de vitaminas liposolubles como la D, E y K.
Y hay distintos tipos de grasas. Por un lado, encontramos las grasas saturadas presentes en mantequilla, manteca, carnes de vacuno, vísceras o lácteos enteros; y, por otro lado, las grasas insaturadas (monoinsaturadas y poliinsaturadas). Las grasas insaturadas están presentes en aceites vegetales (oliva, girasol...), frutos secos, semillas o pescados grasos como el salmón o la sardina. Por ejemplo, en este grupo están los ácidos grasos omega-3.
Las grasas monoinsaturadas y las poliinsaturadas tienen un efecto positivo para el organismo: reducen los niveles de colesterol malo y aumentan los del colesterol bueno, ayudan a la salud cardiovascular, bajan la tensión arterial, etc.
Lo importante es identificar los alimentos que aportan las grasas buenas para incorporarlos a nuestra dieta. Vamos a repasar algunos de ellos.
Vamos a comenzar con el aceite de oliva. Es la principal fuente de grasa en la dieta mediterránea y se utiliza para cocinar otros alimentos o tomar en crudo. Además, aporta polifenoles, que son muy beneficiosos para el corazón.
El pescado azul es una fuente de ácidos grasos omega-3, un tipo de grasa poliinsaturada. El salmón o las sardinas son excelentes alimentos.
Otros alimentos que contienen grasas monoinsaturadas son los frutos secos, el sésamo, el aguacate y el huevo. Y podemos encontrar grasas poliinsaturadas las semillas de girasol, lino o calabaza, el tofu y los derivados de la soja, por ejemplo.