Marco Herrera
Alimentación
Estimulantes para abrir el apetito en mayores: qué tipos hay y en qué casos consumirlos
Sobre todo en la tercera edad, puede que necesites un estimulante del apetito si te ha disminuido
El término apetito se usa más comúnmente para referirse al deseo de comer alimentos. Hay una serie de cosas que pueden contribuir a una disminución del apetito, incluidas las etapas de desarrollo o afecciones médicas. Una disminución en el apetito puede conducir a un empeoramiento en la alimentación; sobre todo llegados a la tercera edad, es posible que necesites un estimulante del apetito si este ha disminuido hasta el punto en que no estás comiendo suficientes nutrientes. Los estimulantes del apetito son medicamentos que pueden aumentar el apetito. Según la Fundación Española de Dietistas y Nutricionistas, en algunos casos, también puede estimular el apetito con cambios en el estilo de vida.
Suplementos para estimular el apetito
Las vitaminas, hierbas y minerales pueden ser efectivos para estimular el apetito. En algunos casos, también pueden ser efectivos para tratar las deficiencias de vitaminas y minerales que afectan el apetito. Algunos de los suplementos que pueden ser útiles para agregar a tu dieta incluyen:
Zinc
Una deficiencia de zinc puede causar cambios en el sabor y el apetito. Un suplemento de zinc o multivitamínico que contenga zinc debe ser seguro para la mayoría de los adultos.
Tiamina
Una deficiencia de tiamina, también conocida como vitamina B-1, puede causar:
- Aumento del gasto de energía en reposo, o la tasa de quema de calorías cuando descansas.
- Disminucion del apetito.
- Pérdida de peso.
La tiamina debería ser segura para la mayoría de los adultos mayores.
Aceite de pescado
El aceite de pescado puede estimular el apetito. También puede mejorar la digestión y reducir la sensación de hinchazón o saciedad que evita que comas. Generalmente se considera seguro para cualquier adulto que no tenga alergia al pescado.
Otras recomendaciones para estimularlo
Ejercicio
El ejercicio regular puede ayudar a aumentar el hambre. Esto se debe a que aumentas tu gasto de energía.
Motívate con los alimentos y cambia tu menú
Algunas personas encuentran útil llevar un diario de alimentos para seguir su progreso y asegurarse de que están comiendo suficientes calorías y llevan una dieta variada.
Haz tiempo entre comidas
Si comer tres comidas completas durante el día hace que te sientas excesivamente lleno, podrías intentar dividir tu comida en cinco o seis comidas más pequeñas cada día.
Bebe algunas de tus calorías
Las bebidas que contienen calorías, como batidos de proteínas, batidos de frutas, leche y zumo, pueden ayudarte a satisfacer tus necesidades diarias de calorías. Solo asegúrate de buscar bebidas nutritivas y evita llenar las bebidas con calorías vacías, como los refrescos.
Come menos fibra
Comer más fibra puede ayudar a que la comida se digiera más rápido y evitar que te sientas lleno. Si tienes dificultades para tener suficiente apetito, una dieta baja en fibra puede ayudar.
En adultos mayores
Los adultos mayores pueden tener preocupaciones específicas con respecto al bajo apetito. A menudo puede haber una afección o enfermedad subyacente que afecta la ingesta de alimentos. Es muy importante seguir el plan de atención de tu médico para ayudarte a controlar tus afecciones médicas. El manejo adecuado del cuidado dental, la regularidad intestinal y la higiene básica pueden afectar positivamente el apetito en los adultos mayores.
El aspecto social de comer es más probable que cambie con la edad. Comer con otras personas tiene un impacto sustancial en el apetito y la cantidad de comida que se ingiere. Poder almorzar con amigos o familiares, o en un entorno social como una cafetería en lugar de solo en casa, puede afectar positivamente el apetito.
Recordar la hora de la comida puede ser una preocupación para algunos adultos mayores. Puede ser útil configurar una alarma para las comidas o publicar un horario de comidas en la pared.
¿Qué causa una disminución del apetito?
Algunas de las razones más comunes para una disminución del apetito incluyen:
- Trastornos psicológicos, como el estrés, la depresión y la ansiedad.
- En menos ocasiones, cáncer acompañado de otros síntomas.
- Trastornos gastrointestinales, como enfermedad de úlcera péptica o colitis ulcerosa.
- Enfermedades crónicas, como EPOC, fibrosis quística y enfermedad de Parkinson.
- Algunas infecciones crónicas, como el VIH.
- Medicamentos, como quimioterapia, laxantes y anfetaminas.
- Aumento de la edad y metabolismo lento.
- Disminución en el nivel de actividad.
- Cambios hormonales.
Algunas causas son específicas de ciertas poblaciones, como los niños muy pequeños o los adultos mayores. Las causas de la ingesta de alimentos deficiente o la disminución del apetito en los adultos mayores pueden incluir:
- Demencia.
- Depresión.
- Trastornos neurológicos o musculoesqueléticos.
- Falta de compañía o ambiente social para comer.
- Disminución del sentido del olfato.
- Disminución del sentido del gusto.
- Cambios gastrointestinales.
- Disminución del gasto energético.
- Cambios hormonales.
- Medicamentos que afectan el sentido del gusto, como algunos antidepresivos o medicamentos contra el Parkinson.
- Enfermedad del corazón.
- Enfermedades respiratorias.
- Mala salud dental.