Un estudio de más de 10 años confirma que la soja es buena para el corazón

Desde hace unos años, la soja disfruta de una posición privilegiada en el ámbito de una alimentación saludable. Es cierto que se trata de una legumbre y una proteína completa que posee los nueve aminoácidos esenciales para el organismo, reduce el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias, así como la incidencia de algunos tipos de cáncer; mejora la salud ósea y disminuye la presión arterial, entre otros beneficios.

Sin embargo, también es importante conocer las contraindicaciones de su consumo como, por ejemplo, la posible influencia de algunos compuestos (fitoestrógenos, genisteína y daidzeína) en la fertilidad y la calidad del esperma o la salud del sistema endocrino. Ante esta dualidad, resulta fundamental consultar antes con tu médico la inclusión de la soja en tu dieta habitual.

Frente a todas estas características, son muchos los estudios que continúan investigando sus efectos sobre el organismo, revelando datos sorprendentes. El último corresponde a la Universidad de Toronto, que confirma su impacto positivo en el corazón.

La soja, el aliado perfecto de tu corazón

Tal y como indica este trabajo, que ha llevado más de diez años y que ha sido publicado en la prestigiosa revista JAHA: Journal of the American Heart Association, la proteína de la soja reduce considerablemente los niveles de colesterol en sangre, lo que también aporta importantes beneficios a la salud del corazón. De esta forma, se ratifica una de las propiedades más valiosas de este ingrediente, que afecta también a las lipoproteínas de baja intensidad, que pueden dañar igualmente dicho órgano.

Estos resultados surgen tras analizar de nuevo un total de 46 ensayos que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) citó a lo largo de 2017, "cuando propuso eliminar la declaración de propiedades saludables de la soja", explican los responsables del estudio. Estos también indican que si la soja se combina con otros alimentos de origen vegetal, el impacto sobre el colesterol "malo" sera mucho mayor.

"Nos estamos mudando a una era de proteínas basadas en plantas, y sería una pena ver que ese cambio se vea afectado. Los productores de alimentos de origen vegetal, la industria y los minoristas necesitan toda la ayuda que puedan obtener para que sus productos sean accesibles", concluyen los investigadores.