Mariola Báez
Alimentación
¿Qué son los folatos y qué implica su déficit para la salud de un adulto mayor?
Mariola Báez
Foto: Bigstock
Jueves 7 de enero de 2021
ACTUALIZADO : Jueves 7 de enero de 2021 a las 0:29 H
6 minutos
Esta vitamina interviene en funciones básicas metabólicas y cerebrales ¿quieres saber dónde está?
Es un término que escuchamos frecuentemente, pero que nos solemos tener demasiado claro. En su Guía Metabólica, el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona (@SJDbarcelona_es) explica que el folato es una vitamina incluida en las del grupo B. Una de sus formas más comunes es el ácido fólico, una sustancia que no se encuentra de manera natural en nuestro organismo ni es capaz de producirla, por lo que debe ser ingerida mediante la alimentación o administrada a través de preparaciones específicas.
¿Qué funciones desempeña el folato?
El ácido fólico, en combinación con otras vitaminas, en especial con la B12, resulta esencial para el correcto desarrollo de múltiples funciones vitales. Es esencial en la síntesis de la mielina, una de las sustancias que forman parte del líquido encéfalo raquídeo, y en la síntesis adecuada de las purinas, un tipo de nutriente cuyo exceso debe ser eliminado del organismo para evitar enfermedades como la gota.
El folato también interviene en el funcionamiento de nuestros neurotransmisores, encargados de hacer llegar cualquier orden del cerebro a los músculos y las articulaciones. Además, el propio proceso metabólico de absorción de nutrientes, como los aminoácidos esenciales, depende de que los niveles de folatos sean los adecuados en la sangre y a nivel celular.
En ocasiones, la deficiencia de folato a nivel cerebral tiene un origen genético o deriva de su aportación insuficiente en los meses de desarrollo a nivel fetal, de ahí la recomendación generalizada a las mujeres embarazadas de incluir en su alimentación un extra de ácido fólico. No obstante, en el caso de los adultos mayores que presentan déficits de esta vitamina, una dieta inadecuada suele estar detrás de esta anomalía nutricional.
Qué implica una deficiencia de folato en los mayores
Explicado de manera sencilla, el ácido fólico que ingerimos a través de los alimentos es absorbido, tras el proceso de digestión, a través del intestino. Parte de él pasará a la sangre, llegando también a las células, especialmente a aquellas que dan forma al sistema nervioso central y periférico. Su posible exceso será eliminado, principalmente, a través de la orina.
Como señalan especialistas de la Fundación Española de Nutrición (@FENnutricion), la patología más frecuente que puede presentar una persona con deficiencia de ácido fólico, sobre todo si esta va unida a una carencia de vitamina B12, es la anemia macrocítica, caracterizada por el aumento de tamaño de los glóbulos rojos, entre otros síntomas.
Además, cuando la anemia se vuelve crónica, junto a los síntomas físicos pueden aparecer otros de carácter neuropsiquiátricos, incluyendo trastornos del sueño, de la memoria o incluso cambios de conducta, con manifestaciones frecuentes de irritabilidad. Si el déficit de folato no es detectado y la anemia avanza, también los glóbulos blancos y las plaquetas pueden descender de manera preocupante.
Cansancio o fatiga inexplicable, síntomas digestivos como diarreas frecuentes y un escaso crecimiento y desarrollo (en el caso de los niños) son algunos de los síntomas que también pueden avisar de una posible falta de folato en el organismo.
Cómo incluir en la dieta una buena cantidad de ácido fólico
Las causas de una carencia de folato en la edad adulta pueden ser varias. A veces, radica en algún problema de absorción durante el proceso digestivo. Como orígenes posibles, los expertos también señalan la ingesta de determinados medicamentos, el consumo excesivo de alcohol o una patología renal en estado avanzado que exija un tratamiento de diálisis. En ocasiones, el déficit deriva simplemente de la propia dieta, que no incluye los suficientes alimentos ricos en esta vitamina.
Salvo que lo indique el médico, no debes tomar por tu cuenta suplementos que te proporcionen ácido fólico adicional porque, como ocurre con cualquier otra sustancia que necesita nuestro organismo, también su exceso puede resultar contraproducente. La Fundación Española del Corazón (@cuidarcorazon) recuerda que las principales fuentes naturales de este micronutriente son:
- El hígado de ternera, que siempre habrá que tomar con moderación, y excluir en los casos concretos en los que esté desaconsejado en la dieta de un adulto mayor
- La fruta en general.
- Las verduras de hoja verde, sin duda los alimentos más ricos en esta sustancia. Por ejemplo las espinacas, las acelgas, el brócoli, los berros, el perejil o los espárragos
- Las legumbres, sobre todo las judías, los garbanzos, la soja y los guisantes.
- Los cereales, destacando el germen de trigo y la levadura de cerveza.
- Algunos frutos secos, como los cacahuetes y las avellanas.
Se trata, en cualquier caso, de alimentos corrientes que forman parte de la dieta mediterránea y que no deben faltar en los menús semanales en la proporción adecuada. Como último consejo, para no perder parte de los folatos de las verduras, durante la cocción procura tomarlas en su punto y no cocerlas en exceso porque, al igual que el resto de vitaminas, esta preciada sustancia quedaría disuelta en el agua.