Toni Esteve
Alimentación
Impresoras 3D para cocinar en residencias de mayores
Las personas con problemas para masticar o deglutir agradecen el uso de esta tecnología
Uno de los principales problemas de nutrición en las personas mayores es la pérdida del apetito, ya sea debido a sus problemas para tragar o masticar, o como consecuencia de las restricciones alimentarias que les imponen los profesionales sanitarios debido a sus problemas de salud. Ante esta situación, los avances tecnológicos en materia de impresión 3D han supuesto una revolución en las cocinas de algunas residencias de mayores, que utilizan estas impresoras para imitar las características visuales de los alimentos y hacer más atractivos los platos que se ofrecen a las personas mayores alojadas en los centros.
Es el caso de algunas residencias de DomusVi (@DomusVi_Es), que ya incorporan esta tecnología que, a diferencia del triturado tradicional (con batidora), consigue que se mantenga el sabor original, el valor nutricional, sin aumentar su volumen para que sea de fácil deglución, y se obtienen presentaciones más elaboradas y variadas de los platos.
Los consumidores suelen asociar imprimir a algo artificial. Pero con la incorporación de las impresoras 3D, los platos se continúan elaborando previamente de la manera tradicional. Posteriormente se texturizan para conseguir un puré espeso, que se incorpora en cartuchos (de forma similar a las jeringuillas), se programa el dibujo tridimensional que se quiere realizar y, mediante émbolos automáticos, la máquina dosifica cada ingrediente en la cantidad y lugar programados hasta que realiza el diseño. El resultado es un plato con una cuidada presentación.
Productos que no existen
En cualquier caso, es cierto que cocinar de esta manera supone un cambio disruptivo, ya el canal de distribución de estos alimentos no es necesariamente el supermercado y se pueden imprimir productos que no existen en el mercado. La comida generada por estas impresoras 3D son una alternativa a las papillas a las que a menudo recurren las personas mayores con problemas para deglutir o masticar cuando no encuentran productos específicos para ellos.
Las impresoras 3D permiten dar una forma muy realista a alimentos texturizados y triturados, de esta forma, personas mayores con dietas blandas pueden recuperar el placer de disfrutar de, por ejemplo, un trozo de pan con chocolate. Recuperar el placer por la comida permite mejorar las condiciones nutricionales de los mayores, con dietas más equilibradas y, en definitiva, mejorar su salud.
Estados Unidos, los países del norte de Europa y algunos del sudeste asiático están más acostumbrados a esta tecnología 3D. En España, donde existe una cultura gastronómica muy arraigada y la cocina mediterránea tiene fama de saludable, cuesta más introducir este tipo de avances en nuestra mesa.