¿Conoces el khoya? Descubre sus propiedades y cómo se prepara este lácteo fermentado

El curry no es el único protagonista de la cocina india. Hoy os vamos a descubrir el khoya, un producto lácteo fermentado que guarda una apariencia similar a la del requesón o la ricotta italiana y que tiene importantes propiedades nutricionales. Pero, antes de descubrirlas, conozcamos un poco más este producto también conocido como khawa, khoa o mawa. 

Las propiedades de este lácteo

No solo en India es muy común cocinar con este lácteo fermentado, sino que en países como Pakistán, Nepal o Bangladesh también son consumidores de este producto que empezó a usarse gracias a los excedentes de leche. Hoy es el ingrediente principal de muchos dulces típicos de la gastronomía hindú y una buena fuente de salud para nuestro organismo. 

Como era de esperar, el khoya ofrece un alto aporte en calcio y proteínas esenciales para mantener en estado óptimo nuestros dientes y huesos. Además, este fermento lácteo tan consumido en la India tiene entre sus componentes algunas vitaminas de los grupos A, B y D que ayudan, respectivamente, a nuestra vista, a la salud del corazón o a mejorar nuestro sistema nervioso. 

¿Cómo se elabora?

Para preparar el khoya el procedimiento es muy sencillo. Para ello cogeremos una sartén o cazuela de hierro donde vamos a cocer la leche de vaca a 80 ºC durante varias horas hasta que observes que se ha condensado por evaporación. Una vez esté listo, dejamos que se atempere y ya podremos disfrutar de un fermento de gusto suave y cuyo olor podría confundirse con el dulce de leche.

Y ya que tienes el khoya preparado, qué mejor que aprovecharlo preparando uno de los dulces más típicos de la cocina de la India como es el gulab jamun. Apunta el resto de ingredientes que necesitarás: agua de rosas, azúcar, cardamomo, canela en rama, estrellas de anís, azafrán, harina y uvas pasas.

Lo primero que haremos será preparar el sirope que envuelve estas bolas dulces y para ello en un cazo calentamos agua, azúcar y las especias. Una vez que se ha disuelto el azúcar, subimos el calor y lo dejamos otros 5 minutos. Retiramos del fuego y añadimos el agua de rosas y el azafrán para darle ese color característico. 

A nuestro khoya ya preparado de antes le añadiremos harina para amasar bien esa masa para dar forma con nuestras manos a estos pastelillos redondeados. No te olvides de meter en su interior una uva pasa. A continuación, y cuando tengamos todos estos pequeños pasteles listos, los freímos en abundante aceite de girasol por ambos lados y vigilando que no se quemen. Para terminar, sacamos esos dulces a una fuente sobre un papel de cocina para que se escurra ese aceite y, sin perder un segundo, echamos por encima el sirope de antes. Dejamos que reposen y se enfríen durante una hora y ya tendríamos listo nuestro postre hindú elaborado con khoya.