Ruth Macarrón
Alimentación
¿En qué consiste y para qué se realiza el ayuno intermitente?
Dejar al cuerpo sin alimento durante algunas horas puede ser beneficioso para nuestro organismo
El ayuno se ha practicado desde tiempos inmemoriales. En origen por cuestiones religiosas o de salud, (hasta los animales lo practican) en los últimos años se ha practicado en diferentes versiones para perder peso o como dieta detox. La última moda dietética pasa por un ayuno mucho más moderado y llevadero que el de antaño. Su práctica puede beneficiar mucho al organismo, te contamos cómo hacerlo.
En qué consiste el ayuno intermitente
El ayuno intermitente consiste en dejar al cuerpo privado de alimento durante algunas horas del día, alargando el tiempo que va de la cena al desayuno. Este intervalo, según sus seguidores, debería ser de al menos doce horas cada día: es decir, que si acostumbras a cenar a las nueve de la noche, no deberías desayunar ni ingerir ningún tipo de alimento hasta las nueve de la mañana. Poco a poco este tiempo debería irse alargando, para poder llegar a las catorce o dieciséis horas sin alimento, al menos durante algunos días de la semana.
Según la nutricionista Silvia Riolobos, abanderada de la nutrición saludable y el ayuno intermitente, este periodo sin alimento permite “descansar al cuerpo el tiempo suficiente como para activar una serie de mecanismos que lo rejuvenecen y ajustan a su naturaleza original”. Entre sus beneficios destaca que se acelera el metabolismo de las grasas, permitiendo al cuerpo deshacerse de las que nos sobran más rápidamente. Además, apunta que puede ayudar a regularizar los niveles de triglicéridos, reducir el estrés oxidativo y mejorar nuestra salud cardiovascular.
¿Es el ayuno intermitente apto para todos?
Como cualquier tipo de dieta, es necesario consultar con nuestro médico, sobre todo si tomamos algún tipo de medicación, y especialmente si somos diabéticos, tenemos la tensión baja o un índice de masa corporal bajo. Los ayunos de varios días están totalmente desaconsejados y pueden entrañar graves riesgos para la salud.
De cualquier manera, al no ser un ayuno prolongado, sus riesgos son mínimos. No se trata de pasar hambre durante mucho tiempo, sino de dejar al cuerpo descansar y quemar el excedente. La costumbre de comer cada cuatro horas es algo relativamente reciente en nuestra dieta, y el continuo bombardeo de snacks o aperitivos no es algo que nos beneficie, sobre todo cuando abusamos de los alimentos procesados. Si no tienes más remedio que comer entre horas, elige alimentos como los frutos secos, muy beneficiosos para tu organismo. Llevar una dieta saludable y rica en alimentos frescos el resto del tiempo es la opción más adecuada si estás interesado en adoptar el ayuno intermitente como dieta habitual.