Victoria Herrero
Alimentación
¿Qué es el 'trash cooking'? ¿Resulta saludable para las personas mayores?
Básicamente hablamos de la cocina de aprovechamiento que se ha hecho toda la vida en nuestras casas
Un nuevo movimiento o tendencia a la hora de alimentarnos. En este caso nos referimos al trash cooking. Una palabra en inglés que no sonará a muchos de nuestros lectores pero que reconocerán cuando expliquemos en qué consiste. Si hacemos la traducción literal sería cocinar con basura pero, básicamente, es la cocina de aprovechamiento que se ha hecho toda la vida en nuestras casas.
Es decir, no tirar lo que ha sobrado en una receta o un plato y aprovechar esos restos para dar vida a nuevas propuestas culinarias con lo que tenemos del día anterior. Por ejemplo, con unas cuantas verduras cocidas se pueden convertir en una pequeña crema o con el caldo de su cocción se puede hacer una sopa reconfortante para el día siguiente con unos fideos. Una forma de, sobre todo, no desperdiciar alimentos y no gastar tanto dinero en comprar tanta comida que al final se nos acaba poniendo mala o tenemos que tirar. Algo que se puede hacer con total seguridad, también en el caso de las personas mayores, siempre y cuando esos alimentos estén en buen estado o sean del día anterior para que mantengan "frescas" sus propiedades saludables.
Pero no solo, con esta tendencia, se aprovechan estos restos de comida, sino que en algunos casos, por ejemplo en la nueva cocina de vanguardia, se aprovechan elementos que antes se tiraban de ciertos productos para incorporarlos a sorprendentes recetas. Es el caso de los recortes de carnes o de otro tipo de ingredientes que quizá daba algo de reparo como vísceras de pescado, cáscara de patata o la misma piel de las naranjas. Elementos que, aunque no lo creas, guardan nutrientes de lo más saludables que estamos desperdiciando y que no vienen mal para la salud de los comensales, también de los más mayores.
De ahí que el empleo del trash cooking vaya en aumento en muchos locales de hostelería para reducir algunos datos de desperdicio alimentario. Y es que no solo supone una pérdida importante de comida que podría ser aprovechada, sino que es un gasto extra para estos restaurantes.
Algunas ideas prácticas
No creas que no se pueden hacer recetas con esos restos de comida. Hay más posibilidades de las que imaginas y te vamos a dar unas ideas para hacer algún plato que te pueda servir para la comida o la cena de hoy:
- Los huesos y restos de verduras son ideales para hacer unos caldos la mar de nutritivos y calentitos para la llegada de los meses más fríos. Si quieres, además, las raspas y espinas de pescado son ideales para preparar un fumé perfecto para echar al arroz o a un guiso donde el mar sea el protagonista.
- Y si te ha sobrado algo de carne de pollo, ¿qué te parece preparar unas clásicas croquetas de toda la vida? Te solucionarán el segundo plato del día siguiente. O bien, hacer una tortilla de patata que admite mil y un ingredientes.
- Si queda un mini trozo de queso, puedes rallarlo y aprovecharlo para darle un toque a tu plato de pasta.
- No es nada nuevo que mucha gente usa el pan duro del día anterior para hacer las tradicionales y ricas sopas de ajo.
- Igual nunca lo has pensado pero los tallos de las acelgas se pueden comer si los preparamos previamente en escabeche. Lo mismo que los troncos del brócoli que resultan muy sabrosos, al contrario de lo que uno pueda pensar, y a los que se les puede dar una segunda vida si los pelamos, los cortamos en rodajas y los especiamos con sal, aceite, eneldo o pimentón.
- ¿Sabías que la lechuga no solo sirve para hacer ricas ensaladas? Podemos aprovechar su tronco para hervirlo y dar vida a una infusión que destaca por sus propiedades relajantes.
- Y para esa ensalada de lechuga, en lugar de cortar la carne de la piña a modo de aliño de lo más refrescante, prueba a trocear de forma muy fina el tronco de esta fruta tropical. Incluso si le añades algo de sal y cayena se pueden comer crudas a modo de aperitivo de lo más original. Es lo que hacen en Tailandia para combatir las altas temperaturas.
- Y si lo que quieres es darle un punto de innovación culinaria a tus propuestas gastronómicas apunta alguno de estos trucos: un aperitivo original a base de mondas de patata previamente pasadas por la sartén, cortezas crujientes con la piel del pollo (cuidado, ya que tienen mucha grasa así que no debemos excedernos en su consumo), o emplear las peladuras de naranjas o limones para preparar tus propios vinagres caseros y aromatizar ese condimento.
La cosa es echarle algo de imaginación a ese nuevo plato y no te olvides de cuidar la presentación de esa nueva receta para que no parezca que la mayoría de esos ingredientes son restos o sobras de la comida del día anterior. Recuerda, la comida entra antes por los ojos.