Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorEn el ambiente puede haber microorganismos y elementos químicos que, en ocasiones, pueden contaminar frutas y verduras. Por esta razón, es importante manipularlas de forma correcta antes de su consumo. Para ello, vamos a seguir las indicaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
Comenzamos por la compra de frutas y verduras, donde nos debemos fijar en que estas no tengan magulladuras ni daños externos. Su superficie tiene que estar limpia y sana, con el brillo y el color propio de la especie de que se trate.
A la hora de llevar la compra a casa, debemos poner las frutas y verduras separadas de carnes, pescados, mariscos y productos de limpieza.
En general, las frutas y verduras se conservan mejor en la nevera. Dentro de ella, deben separarse del resto de los alimentos cocinados y crudos y almacenarse en la zona menos fría (cajones).
Sin embargo, hay frutas y verduras que, por su naturaleza y grado de maduración, se pueden conservar a temperatura ambiente, pero siempre por periodos cortos (como cebollas, tomates, frutas tropicales y los cítricos, por ejemplo).
Eso sí, las frutas y verduras cortadas y/o peladas, bien las compres así o las prepares en casa, consérvalas siempre en el frigorífico.
Para lavarlas, hazlo bajo el chorro del grifo, aunque después vayas a pelarlas, porque así evitas que la contaminación pase del cuchillo al alimento. Para limpiar algunas frutas y verduras, puedes usar unos cepillos específicos que solo uses para esta tarea. Es el caso de las frutas de cáscara dura, como el melón o la sandía, y verduras como el calabacín y el pepino. Tras lavarlas, sécalas con papel de cocina.
Además, si vas a comer fruta cruda con piel, verdura cruda (lechuga, espinacas…) o verdura cruda con piel (pepino), sumérgelas durante cinco minutos en agua potable con una cucharita de postre de lejía (4,5 ml) por cada 3 litros de agua. Después, acláralas con abundante agua corriente. La lejía que uses para esta tarea debe estar etiquetada como “apta para la desinfección de agua de bebida”.
Antes y después de la preparación de cualquier comida o de manipular cualquier alimento, lávate siempre las manos.
Las frutas y verduras debes manipularlas de forma separada de otros alimentos, poniendo especial cuidado cuando se vayan a consumir en crudo. Corta siempre las partes dañadas de frutas y verduras.
Todos los utensilios y superficies de cocina que vayas a utilizar deben estar limpios y secos, ya sean cuchillos, cubiertos, tablas de cortar, platos, etc.
Y, un último consejo. Las hierbas aromáticas frescas (perejil, albahaca…) y los brotes de semillas (soja) debes lavarlos igual que las frutas y verduras.