Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorSegún la Organización Mundial de la Salud, la falta de hierro se considera el primer desorden nutricional en el mundo. Y es que el hierro es un mineral esencial que desempeña funciones básicas en el organismo, ya que posibilita la formación de la hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que permite transportar el oxígeno a los tejidos.
La anemia ferropénica es el tipo de anemia más frecuente y aparece a causa de una deficiencia de hierro, un componente que debe ser extraído, ya que no es producido directamente por el organismo humano. Uno de los problemas que se dan cuando falta hierro es que tu sangre pierde una parte de su capacidad para transportar oxígeno, lo cual repercute sobre cómo te sientes y el modo en el que te comportas.
En muchas ocasiones, las personas que tienen carencia de hierro no lo notan de entrada, pero sí hay una serie de hechos que permiten detectar fácilmente los casos en los que nuestro cuerpo nos dice que necesita mayor cantidad de este elemento.
Quizá uno de los signos que mayor relación tiene con la falta de hierro es el cansancio. Esto es debido a que la musculatura no recibe el oxígeno suficiente. Junto a la fatiga muscular, llega la fatiga mental, la irritación y la tristeza. La deficiencia de hierro afecta a la comunicación de las neuronas entre sí.
La palidez de la piel es otro de los signos más característicos y se produce como consecuencia del cierre de los vasos sanguíneos en la piel, manos, pies y por el descenso de la concentración de la hemoglobina en sangre.
La taquicardia y las palpitaciones son un síntoma en casos de anemia moderada o intensa, mientras que, en una anemia crónica de aparición lenta, el único signo apreciable pueden ser ligeros soplos (ruido que hace la sangre al salir del corazón).
El dolor de cabeza es uno de los primeros signos que suelen manifestar las personas que presentan una anemia mantenida. Ocurre también por la falta de oxígeno en la sangre que llega al cerebro. También pueden darse otras manifestaciones neuromusculares como cambios en la conducta, trastornos visuales, insomnio, incapacidad para concentrarse, etc.
El pelo recibe los nutrientes a través de los vasos sanguíneos del folículo piloso. Cuando el hierro desciende (incluso sin llegar a sufrir una anemia), tu cabello lo acusa y se ve más delgado y quebradizo. Ocurre lo mismo con las uñas, que pueden verse descamadas, abrirse en capas o presentar estrías.
En cualquier caso, es muy importante que el médico analice si tus síntomas se deben a una anemia provocada por una carencia de hierro porque, aunque es el motivo más habitual, hay otros tipos de anemia que requieren tratamientos específicos.