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Alimentación
Sigue estos consejos para evitar una intoxicación alimentaria
Los grupos más vulnerables son los niños y los mayores
Cuando nos deleitamos con la comida o mientras estamos inmersos en la cocina preparando nuestro menú del día no somos conscientes la mayoría de las veces de un peligro que está ahí siempre: el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria. Cualquiera puede ser víctima de esta situación, sin embargo cuando somos nosotros los encargados de preparar los platos, podemos tomar algunas precauciones para evitar que se produzca.
Los grupos poblacionales más vulnerables a la hora de sufrir una intoxicación alimentaria son los niños y las personas mayores. Los pequeños porque poseen un sistema inmunitario aún en vías de desarrollo, y los adultos mayores porque lo tienen más debilitado. De hecho, a medida que vamos cumpliendo años, los órganos tienen más dificultades para reconocer los microbios daniños y por ende presentan más problemas para eliminarlos.
Según el Centro de Control para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), alrededor de la mitad de las personas de 65 años o más que sufren una enfermedad derivada de alimentos producida por salmonella, campylobacter, listeria o escherichia coli, acaban siendo hospitalizadas. Lo más recomendable, por tanto, es no llegar a estas situaciones siempre que esté en nuestras manos evitarlas.
Consejos
Cuando cocinemos, lo primero que tenemos que procurar es que el entorno esté limpio. La cocina es un lugar donde virus y bacterias pululan sin que lo apreciemos y por eso debe estar impoluta. Y, después, debemos estarlo nosotros, de ahí que siempre sea imprescindible que nos lavemos las manos con agua y jabón antes de ponernos a hacer la comida. Este es un hábito que tendremos que repetir varias veces si vamos tocando distintos alimentos, especialmente carne cruda.
Los platos y los cubiertos han de lavarse también si han estado en contacto con carnes, pescados o huevos crudos. Es más, después de cocinar un producto no debemos colocarlo en el plato donde lo habíamos depositado crudo previamente, a no ser que lo hayamos pasado por el grifo.
También es vital que la nevera esté perfectamente ordenada, con los alimentos debidamente envasados y protegidos. Tampoco es aconsejable consumir alimentos que presenten malos olores o una apariencia sospechosa.
La importancia de la descongelación
Los tiempos de cocción se deben respetar en todos los platos, al igual que el proceso de descongelación. Si lo que queremos es sacar del congelador un trozo de carne o pescado para la comida del día siguiente, es primordial hacerlo de manera lenta y uniforme para que, en todo momento, haya una garantía de seguridad alimentaria. Así, lo lógico es que, después de sacarla del congelador, se introduzca en la nevera. Todo para evitar un proceso llamado exudación que se lleva parte del sabor y los nutrientes. Nada de dejarlo a temperatura ambiente.
Con todo, es esencial recordar que los alimentos no se pueden congelar y descongelar varias veces. Esto hace que los nutrientes desaparezcan y den paso a los microbios.