Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
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Miércoles 22 de diciembre de 2021
ACTUALIZADO : Miércoles 22 de diciembre de 2021 a las 18:35 H
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Estamos en Navidad, la época del año en la que más marisco se consume y, para ahorrar en la cesta de la compra, en muchas casas se compra con antelación y se congela. Para conservar todas sus propiedades nutritivas, sabor y textura, te contamos unos pequeños consejos para descongelar el marisco de forma adecuada.
El marisco y el pescado son algunos de los productos que más suben de precio durante los días de Navidad. Por eso, es preferible comprarlo antes y congelarlo, para poder ahorrar en las compras. En todo proceso de congelación, lo más importante es mantener la cadena de frío de los productos. Siempre que se respete esa cadena del frío, el marisco congelado presentará las mismas propiedades nutritivas que el fresco. Además de mantener el valor nutricional, la congelación evita el crecimiento y desarrollo de bacterias.
Una vez adquirido, salvo que vayas a consumirlo en los próximos dos días, guárdalo inmediatamente en el congelador. Puedes hacerlo en el envase original del producto si no está estropeado. Recuerda no tener mucho tiempo las puertas del congelador abiertas.
Ya tenemos nuestro marisco en el congelador y por fin ha llegado el momento de descongelarlo. ¿Qué hacemos? Si no somos muy expertos en la materia, lo primero que tenemos que comprobar es si el marisco congelado que hemos comprado está crudo o ha sido cocido previamente.
En caso de que el marisco congelado ya esté cocido, tenga cáscara o no, basta con descongelarlo en la nevera antes de prepararlo a nuestro gusto.
Si está crudo, depende del tipo de cocinado que vayamos a hacer, deberemos hacerlo de una forma o de otra. Por ejemplo, si vamos a hacerlo a la plancha, el marisco tiene que estar completamente descongelado. Sin embargo, si vas a cocerlo, no hace falta que se descongele del todo.
Si el marisco está crudo y tiene cáscara, la mayoría de los productores recomiendan sumergirlo en agua fría durante unos minutos mientras se descongela; otros profesionales recomiendan añadir un poco de sal a esa agua. Después, lo dejamos escurriendo sobre una rejilla con un recipiente debajo que vaya recogiendo el agua sobrante.
Si, por el contrario, el marisco que queremos descongelar no tiene cáscara, lo aconsejable es dejar que se descongele sobre una rejilla, pero dentro de la nevera.
Como norma general, es mejor que no descongeles nunca a temperatura ambiente porque podría favorecer el crecimiento de unas bacterias que se multiplican fácilmente por encima de los 5ºC.