Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLa manera que elegimos para cocinar un alimento modifica, de una forma diferente, la calidad de este, tanto su sabor como su valor nutricional. Una de las prácticas de cocina que más respeta un alimento (sabor, olor, firmeza y composición) es la cocina al vapor. Y no se trata de una práctica nueva, la inventaron los chinos hace siete mil años.
El médico, oncólogo y experto en nutrición Henri Joyeux hace una interesante comparación en su obra Come bien hoy, vive mejor mañana (Editorial Planeta @Planetadelibros, 2017), donde compara el alimento preparado al vapor con lo que le pasa a persona que disfruta de una sesión de sauna: transpira, expulsa toxinas y conserva sus sales minerales, vitaminas y oligoelementos.
Desde esa premisa, la conservación de la calidad nutricional de los alimentos, Joyeux recomienda la sustitución de la cocción con agua por la cocina al vapor suave.
Es precisamente en ese libro, considerada la biblia de la alimentación saludable, donde Joyeux recoge las ventajas que tiene emplear la cocina al valor suave (con una temperatura máxima de 95 grados) para preparar nuestros platos.
En primer lugar, se trata de un método rápido que no genera olores y donde el alimento conserva su color y su firmeza. Además, como los alimentos conservan todas sus sales minerales y su sabor original, es posible cocinar sin añadir sal.
Otro beneficio de la cocina al vapor es que evita el escaldado de algunas verduras. Sumergir los alimentos, como algunas verduras, en agua hirviendo genera un choque térmico y un deterioro de dicho alimento, que le lleva a perder parte de sus propiedades nutritivas. Las verduras, como la coliflor, por ejemplo, ganan en sabor y serán más digestivas si son cocinadas al vapor.
Cocinar al vapor suave también es la forma de conservar más vitaminas. Por ejemplo, la vitamina C de las verduras se reduce en un 55% cuando se cuece en agua. Sin embargo, al vapor suave se pierde en torno al 30%.
Así que, por un lado, cocinar al vapor conserva más vitaminas y, por otro lado, elimina toxinas, el exceso de grasas (en torno al 30% en el caso de las carnes) y los venenos que se añaden en la producción, como los pesticidas.
Se trata de una forma rápida de cocinar, una vez que se ha alcanzado el punto de ebullición, y permite cocinar todos los platos de un menú con la misma agua y el mismo utensilio.
El doctor Henri Joyeux destaca algunos beneficios para la salud tras varios meses empleando la cocina al vapor suave. Por ejemplo, los usuarios podrán ver que desaparecen las migrañas, el estreñimiento, la flatulencia, el dolor de estómago y las hemorroides de origen alimentario.