Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorSegún la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, se calcula que 20 de cada 100 personas mayores que viven solas en sus hogares llevan una dieta de menos de 1.000 kilocalorías diarias. Los motivos pueden ser varias: problemas de salud, poco apetito, pereza al cocinar para sí mismos, la soledad, la falta de recursos económicos…, toda una serie de razones que pueden conducir a una desnutrición, pues esta ingesta es insuficiente para cualquier persona mayor.
Si bien la cantidad recomendada de calorías que debe consumir una persona dependerá de su salud y peso, los especialistas consideran necesarias entre 25 y 35 kilocalorías por kilo corporal y día. Estos valores pueden variar en función del gasto energético de la persona, de su actividad física y de su estado de salud. Por ejemplo, una persona en buen estado de salud, con una actividad física media y un peso de 70 kilos, debería consumir alrededor de 2.100 kilocalorías.
Otras de las razones por las que algunas personas mayores pueden presentar problemas de desnutrición son los problemas bucodentales. Visitar al dentista una vez al año es de obligado cumplimiento para hacernos un chequeo y mantener la salud bucodental. En las personas mayores que, además, pueden presentar problemas bucales asociados a la edad, es una necesidad hacer estas visitas de manera periódica para prevenir caries, pérdida de dientes, llagas, problemas de las encías y cualquier otro tipo de alteración que pueda dificultar la masticación.
Una buena masticación es imprescindible para hacer bien la digestión, pudiendo absorber todos los nutrientes de manera adecuada y mantener, así, una buena salud general apoyada en una dieta equilibrada compuesta por todo tipo de alimentos.
Cuando faltan dientes o existe algún trastorno bucodental aumenta la dificultad para masticar ciertos alimentos y ello influye en el proceso de la digestión. Reemplazar con una prótesi, los dientes que han caído o estropeado será una solución a los problemas en la masticación, de la misma manera que realizar una limpieza profunda por parte de un profesional para reducir el riesgo de infección, problemas gingivales e, incluso, tener una mejor percepción del sabor de los alimentos, que permitirá comer con mejor apetito.
Otros problemas que pueden presentarse a la hora de alimentarse de manera correcta es la dificultad para tragar. Esto se debe a problemas articulares en la mandíbula o, en la mayoría de los casos, a alteraciones neurodegenerativas. Para facilitar este proceso se pueden trocear los alimentos en pequeñas porciones o, directamente, triturarlos. También, si la dificultad para tragar es severa, en las preparaciones se puede utilizar espesante para conseguir la textura adecuada y minimizar el riesgo de aspiración.
Ante la dificultad para tragar es aconsejable comentárselo al médico de familia para que revise la medicación que se toma por si hay algún fármaco que esté relacionado con la dificultad para tragar ya que algunos tienen efectos adversos en el aparato digestivo. Si así fuera, bastaría con cambiar el tratamiento.