Carolina Madroñal Machero
Salud
El antídoto para envejecer con salud: comer la mitad, correr el doble y reírse el triple
Desvelan cómo la contaminación, la dieta y el sedentarismo acortan nuestra vida
El profesor Antonio Ayala, catedrático de bioquímica y Biología molecular de la Universidad de Sevilla y vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL), explicó en una entrevista con Infosalus, la teoría más aceptada sobre por qué envejecemos: la de los radicales libres.
En concreto, indicó, recientemente se publicó un artículo llamado Toxicidad ambiental y envejecimiento en la revista científica de la Sociedad Española de Medicina Estética, en el cual se habla sobre esta teoría.
Ahora bien, el profesor Antonio Ayala matizó que no conocemos realmente la razón por la que nos hacemos mayores. La idea general es que 'envejecemos porque nos oxidamos'.
Factores que acercan la vejez
Los factores claves en el envejecimiento se pueden resumir en una sola frase: "Envejecemos prematuramente cuando no nos cuidamos, y no escuchamos las señales de alarma de nuestro cuerpo", afirmó el especialista.
En general, el factor principal es la exposición a los compuestos químicos, presentes en todo lo que consumimos, respiramos y tocamos. Aparte, este especialista declara que otro factor importante es la mala alimentación, al no cuidar la microbiota de nuestro estómago, por ejemplo, comiendo una excesiva cantidad de alimento pasa factura al estómago, dando más trabajo al cuerpo. El sedentarismo, el estrés, no dormir las horas necesarias o malos hábitos como fumar o ingerir excesivas cantidades de alcohol, acelerarán el proceso.
El daño de los factores ambientales
Pero no sólo nuestros propios hábitos nos afectan. Antonio Ayala declara que los factores ambientales son perjudiciales, tales como la contaminación a la que estamos expuestos, compuestos en la dieta como aditivos alimentarios y productos químicos presentes en productos de higiene personal o de limpieza. "Todos estos 'xenobióticos', o productos ajenos a nosotros, por exposición nos terminan dañando y produciendo enfermedades. Hay que tener en cuenta que se diagnostican al año 200.000 casos nuevos de cáncer, y obviamente vienen de estos compuestos".
Los sistemas de detoxificación de nuestro cuerpo, como el hígado, trabajan en eliminar estos expuestos químicos, pero este proceso no es inocuo. El experto avisó que cada vez que se realiza este proceso se forman compuestos oxidantes como efecto secundario. Y cuanto más exposición a productos tóxicos haya, mayores compuestos oxidantes se forman, produciendo daños. "Si no se minimiza con el paso del tiempo, se genera mucho daño y el envejecimiento prematuro", comentó.
Estamos expuestos a los factores ambientales desde antes de nacer. "Ya desde el cordón umbilical se ve que hay casi 300 compuestos tóxicos, como pesticidas, contaminantes ambientales, alrededor de 200 compuestos cancerígenos, así como otros tóxicos para el sistema nervioso central". Pero la sensibilidad a los factores ambientales depende mucho de las personas, según como su cuerpo reaccione al proceso de detoxificación. "Hay personas muy sensibles, como los que padecen, por ejemplo, sensibilidad química múltiple, y hasta un 8% de la población es sensible a las radiaciones electromagnéticas".
Soluciones
¿Cómo podemos reducir el impacto negativo de estos factores ambientales? El catedrático lo tiene claro, lo primero es evitar las ciudades contaminadas. "Vivir en ciudades con una alta densidad de población acorta la vida, y este efecto de los tóxicos ambientales se ve agravado, porque el aumento de la edad disminuye la capacidad de un individuo para metabolizar, compensar, y recuperarse de la exposición a factores estresantes adversos; todo lo cual puede conducir a una homeostasis alterada de sistemas biológicos clave".
Así pues, Ayala recomienda modificar la alimentación y pasar a alimentos ecológicos sin aditivos, además de evitar alimentos precocinados, evitar pesticidas, y retirar la piel de la fruta que se pueda pelar. También pide no consumir alimentos demasiado cocinados, no tomar esa parte de la carne o del pan hecha más de la cuenta o que está carbonizada, además de evitar los fritos y la reutilización de aceite, ya que se ha demostrado que generan compuestos que hacen mutaciones en el ADN. Los cosméticos también deben ser modificados, y el experto insiste en procurar utilizar aquellos que no utilicen parabenos, y utilizar sartenes para cocinar de PFOA, no teflón, ya que se piensa que es cancerígeno.
El estudio publicado en la revista de la Sociedad Española de Medicina Estética destaca que "curiosamente, los mismos factores ambientales que causan las enfermedades crónicas y aceleran el envejecimiento, son los mismos que juegan un papel clave en la crisis climática".
¿Es la genética importante?
Cuando hablamos de envejecimiento, tenemos que hablar también de la genética y su influencia. Se afirma que la velocidad a la que envejecemos está determinada un 70% por los hábitos de vida, y el 30% restante por nuestros genes. Pero esta idea es discutible para el experto. "Hay casos en los que personas con una genética robusta, a pesar de no tener buenos hábitos, vivirán mucho, pero también al revés, personas con una genética mala que, a pesar de cuidarse mucho, llegan a mayores con un problema grave de salud inesperado, e incluso éste les surge a edades tempranas".
Pero la conclusión de este experto a lo largo de este estudio es clara. La clave imprescindible para un envejecimiento más lento y saludable es "comer la mitad, correr el doble, y reírse el triple". Asegurarse que el cuerpo puede lidiar con los factores tóxicos a los que estamos expuestos a diario, y reducir dicha exposición lo máximo posible.