Victoria Herrero
Avances
Ingenieros españoles crean un armario inteligente que detecta pérdidas de memoria
Un dispositivo que servirá como método de prevención de todo tipo de enfermedades neurodegenerativas
Sí, no has leído mal el titular de este artículo. Raquel Lacuesta y Franks González-Landero, ingenieros informáticos de la Universidad de Zaragoza, han desarrollado y evaluado este estudio internacional, liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y creado mueble de lo más ingenioso e inteligente. Su fin no es decorar la casa, sino servir con un fin terapéutico, y es que este armario es capaz de detectar las pérdidas de memoria de la persona que se sitúe delante. Así, gracias a unos sensores colocados en las puertas, este ingenioso invento será capaz de descubrir desde pequeños despistes pasajeros a un problema neurológico más grave, en el caso de los pacientes que sufran alzhéimer.
¿Cómo funciona esta novedad tecnológica?
Unos registros que se van completando a medida que el usuario abre y cierra ese armario que se ubica en la cocina. Movimientos cotidianos que para este grupo de ingenieros informáticos se conectan con un sistema de procesamiento y un programa informático que va acumulando esos datos para las conclusiones futuras del estado de la mente de esa persona.
Y para eso han hecho diversos ensayos prácticos con personas de entre 18 y 60 años. "Lo que hacemos es que cuando vas a buscar un producto, muchas veces tu memoria no sabe bien dónde estaba, abres una puerta, la cierras, abres otra, la cierras. Tardas un tiempo en encontrar un objeto y, cuando ya lo has encontrado, dejas de abrir esas puertas durante un espacio de tiempo. Lo que hacemos es analizar la interacción de esa persona con el armario y vemos cuánto tarda en encontrar el producto y cuántos intentos conlleva", explican sobre este funcionamiento.
Raquel Lacuesta y Franks González-Landero (Univ. Zaragoza)
“En un futuro próximo no será necesario que informemos de cómo nos encontramos. La inteligencia que nos rodeará se encargará de analizar nuestro estado físico y anímico, para contribuir a mejorar nuestra calidad de vida”, apuntan estos expertos, que han probado este mueble en su propia casa para comprobar la eficacia del mismo. Un invento que, sin duda, da un paso más en la prevención de posibles enfermedades neurodegenerativas y en pro de mejorar la calidad de vida de estos pacientes, que podría extenderse a otros electrodomésticos de la vivienda.
De esta manera, la idea con la que nació este avance médico es actuar a través de dos vertientes: por un lado en el diagnóstico prematuro y, por otro lado, para ayudar a esas personas a la hora de encontrar cosas en casa.
Pero el propósito de estos ingenieros no solo queda en la sorprendente aplicación de este armario del hogar, sino que en un futuro quieren ampliar sus "servicios" con sendas aplicaciones que permitan conocer las emociones del usuario en un momento concreto o sus necesidades nutricionales.
La importancia de la memoria
La definición de la palabra memoria hace referencia a la capacidad que tiene el cerebro a la hora de retener todo tipo de información y de recuperarla sin esfuerzo. Es decir, gracias a la memoria recordamos nuestro pastel favorito cuando éramos niños, la dirección donde vivimos, la capital de Bulgaria, en qué lugar de la calle hemos aparcado el coche, el rostro de nuestra nieta recién nacida o la cantidad de agua que debe echarse al arroz para hacer la paella perfecta.
Sin embargo, con el tiempo puede que esos datos vayan fallando poco a poco y nos cueste trabajo recordar las pistas que hace años nos parecían sencillas. Una afectación que se puede producir como consecuencia de patologías neurodegenerativas como la demencia o el alzhéimer, por daños cerebrales (por ejemplo, un ictus), trastornos psicológicos, consumo de sustancias estupefacientes o ciertos estados de ánimo, como la depresión o la ansiedad, entre otros orígenes.
Sin embargo, algunos despistes son normales y no quiere decir que estemos ante las primeras señales de algo más grave. Estos son algunos ejemplos:
- "Lo tengo en la punta de la lengua". Que de repente no te salga el nombre de un actor o esa palabra que estás buscando para referirte a algo son manifestaciones normales de un cerebro sano que tiene algún que otro despiste. Es decir, estos bloqueos mentales que tenemos no obedecen a nada más grave, en principio, salvo que fuesen muy continuados.
- Un mismo hecho lleva a tener dos recuerdos distintos. Esto le puede pasar a dos personas que vivieron una misma situación, pero de la que hablan, tiempo después, en términos parecidos. No significa que uno de ellos sea un mentiroso o que el otro esté perdiendo facultades mentales, la explicación se debe a que cada uno de nosotros tenemos un punto de vista de esa experiencia y el cerebro hace un sesgo y una codificación de esos recuerdos.
- No podemos recordarlo todo. Y no pasa nada ni significa que la edad nos esté jugando una mala pasada. El cerebro, en este caso, funciona como el disco duro de un ordenador que, de vez en cuando, tiene que resetearse para liberar espacio. Por eso no pasa nada si olvidamos ciertos detalles sin importancia.
- El ritmo frenético de vida puede hacer que olvidemos un producto a la hora de hacer la compra o que se nos haya pasado la cita con el veterinario. El estrés es el causante de esos despistes, nada más.