Mariola Báez
Avances
Cirugía robótica: los últimos avances en intervenciones quirúrgicas menos invasivas
El sistema Da Vinci ha llegado para sustituir a la cirugía “abierta” con infinitas posibilidades
Parece ciencia ficción, pero la cirugía robótica es una realidad que ha transformado el concepto de una operación en quirófano. La tecnología se ha unido a la medicina con resultados extraordinarios y el campo de aplicación de la cirugía robótica no deja de ampliarse ofreciendo nuevas posibilidades.
La Asociación Española de Cirujanos (@aecirujanos) explica que esta avanzada cirugía ha introducido numerosas innovaciones en el ámbito de las intervenciones mínimamente invasivas, con el objetivo de implementar la habilidad y la precisión del cirujano a la hora de operar.
Cirugía robótica: sus principales campos de aplicación
Básicamente se trata de realizar una operación por medio de una sofisticada herramienta, un robot, que el cirujano manipula a distancia a través de una consola que le permite un control total de la situación en todo momento.
El robot quirúrgico más avanzado en la actualidad es Da Vinci (@IntuitiveSurg), capaz de realizar complejas operaciones en especialidades que van desde la cirugía torácica, donde comenzó a utilizarse, hasta la urológica. En los últimos años, su uso en el tratamiento de determinados tipos de cáncer ha supuesto un avance importantísimo, permitiendo operaciones de especial dificultad de manera precisa, consiguiendo además que el paciente pueda recuperarse en un tiempo considerablemente menor y con un postoperatorio menos doloroso.
Como ejemplo, la reciente operación pionera llevada a cabo en el Hospital Vall d’Hebron (@vallhebron) en Barcelona, que consistió en la extirpación de la cabeza del páncreas, por presencia de un tumor (duodenopancreatectomía cefálica), mediante cirugía robótica; o el uso del robot Da Vinci Xi, de última generación, en el tratamiento del cáncer de pulmón.
El avanzado sistema Da Vinci permite acceder al interior del organismo por tecnología lamparoscópica, es decir, practicando una serie de mínimas incisiones. Los brazos del robot, equipados con el instrumental quirúrgico necesario, se moverán exactamente igual que lo harían las manos expertas del cirujano: con absoluta precisión y sin el agotamiento que para el médico puede suponer una operación de horas de duración. Desde la consola, el especialista no solo controla los movimientos milimétricos del robot, sino que puede ver la operación desde dentro, gracias a la tecnología y a las imágenes en tres dimensiones que ésta le proporciona.
Además, también tendrá acceso de manera simultánea a los resultados de las distintas pruebas diagnósticas que hayan podido ser realizadas, consultándolas sobre la marcha si lo considera necesario. Un sistema de fluorescencia permitirá al cirujano detectar los vasos sanguíneos implicados en la operación, pudiendo así controlar el posible sangrado. Las ventajas para los profesionales médicos y los pacientes resultan evidentes y la cirugía robótica continúa incorporando innovaciones en las que, sin duda, se basará la cirugía de un futuro cercano.