Un colirio podrá tratar la degeneración macular seca asociada a la edad

Un estudio del equipo de investigación del Centro de Desarrollo de Fármacos Naturales del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología, publicado en la revista Advance Science, ha logrado el desarrollo de un nuevo agente para tratar la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) seca.

Lo más importante del estudio es que ese agente puede aplicarse a través de un colirio. Esto supone una revolución en el tratamiento de esta patología porque hasta el momento solo se podía administrar tratamiento a través de inyecciones, que implican diversas complicaciones por tratarse de inyecciones intravítreas y tener una eficacia limitada.

La DMAE seca consiste en una alteración degenerativa de la retina -la mácula-, encargada de la visión central. La enfermedad supone la reducción de la visión central, pero no de la periférica. Su causa es desconocida, pero se sabe que la edad del paciente es el principal factor de riesgo, tal como establece Alfredo García Layana, director del Departamento de Oftalmología de la Clínica de la Universidad de Navarra. De hecho, es la principal causa de pérdida de visión en mayores de 65 años. 

Además, la DMAE seca supone el 90% de los casos de la degeneración macular asociada a la edad, de los que el 30% deriva, en un plazo de 10 años, en la DMAE húmeda, causando una pérdida grave de visión.

Para lograr el desarrollo de la solución que puede administrarse en forma de colirio, el equipo de investigadores se centró en la señalización inflamatoria de los receptores tipo Toll (TLR), que se conoce que tienen un papel fundamental en la enfermedad. Así, hallaron hasta 190.000 péptidos que podrían utilizarse como fármaco para administrar a través de gotas. Posteriormente, la eficacia del colirio fue validada en su aplicación a ratones, que mostraron una protección de las células de la retina y una reducción reseñable de la degeneración que había producido la DMAE seca. 

Ventajas del colirio

El desarrollo de este colirio supone un avance importante en el ámbito oftalmológico porque no abundan esta clase de fórmulas y menos dirigidas a la retina, el segmento posterior del ojo.

Por ello, este nuevo fármaco constituye un avance en seguridad para los pacientes al no ser invasivo y, además, mejorar su eficacia. A esto se añade una mayor comodidad en la aplicación del mismo que garantiza una mayor satisfacción de los pacientes. También es, incluso, una ventaja a nivel económico, puesto que los costes son inferiores a los de los tratamientos inyectables.