La esperanza de las pacientes con cáncer de ovario se fija en estos nuevos fármacos

Todo avance para acabar con algunas enfermedades, sobre todo cuando se trata de un caso de cáncer, se celebra como una pequeña victoria en la dura lucha que siguen millones de personas en todo el mundo. Y es el caso que hemos conocido recientemente y que se centra en uno de los tumores más frecuentes entre la población femenina, el de ovarios.

Ahora, estos últimos avances médicos hablan de nuevos fármacos y tratamientos capaces de mejorar la calidad de vida y la supervivencia de estas pacientes, incluso si la enfermedad presenta un estado bastante evolucionado. En concreto, se centran en un inhibidor de la PARP (una enzima) tras la cirugía que logra impedir que esas células malignas reparen su ADN dañado tras la quimioterapia.

Un camino para la esperanza

Unas muy buenas noticias para las más de 3.500 mujeres en nuestro país que cada año son diagnosticadas con este tipo de cáncer (200.000 a nivel mundial) y que son el resultado de años de investigación con ensayos clínicos en los que han participado más de 2.500 pacientes.

Unos resultados más que positivos que fueron presentados hace poco en el congreso anual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (@myESMO), el mayor encuentro científico celebrado en nuestro continente para mostrar los últimos avances oncológicos. 

"Después de décadas estudiando diferentes estrategias con la quimioterapia, esta es la primera vez que conseguimos una supervivencia larga sin enfermedad. Es un avance enorme para pacientes que hasta ahora tenían mal pronóstico”, detallan entusiasmados los expertos en este tipo de cáncer, que consideran que este nuevo panorama terapéutico cambiará por completo la perspectiva de muchas de las pacientes, especialmente las que tenían un futuro menos claro.

Un cáncer agresivo

Sin embargo, estos mismos expertos todavía quieren ser cautelosos antes de afirmar con rotundidad que estos medicamentos pueden reducir en un futuro la mortalidad provocada por el cáncer de ovario.

Y es que todo es poco para intentar frenar este tumor en el aparato reproductor femenino que resulta tan agresivo y que en el 20% de los casos tiene un carácter hereditario. Además, otra de sus peculiaridades es que resulta complicado de diagnosticar en un primer momento, ya que al principio es asintomático o presenta señales que no suelen alarmar y que se confunden con un simple dolor estomacal.

Sin embargo, toda prevención y atención es bienvenida si tenemos en cuenta que en apenas tres meses este cáncer se puede extender a otras zonas del cuerpo, como explican desde el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital IMED Valencia (@IMEDHospitales).