Teresa Rey
Avances
Un nuevo estudio vincula la metformina (fármaco para la diabetes) con el envejecimiento saludable
La investigación ha dado un paso más para saber cómo funciona este medicamento en dicho proceso
Son varios los casos en los que tras analizar un medicamento destinado a tratar una patología, se descubre que tiene otras indicaciones. Esto es lo que ha sucedido con la metformina, un fármaco que se emplea para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Se trata de un sensibilizador de insulina, ya que suprime la producción de glucosa por el hígado.
Este producto se comercializa desde hace más de 60 años para esta patología. “Distintos estudios observacionales han vinculado su uso en pacientes diabéticos con un riesgo más bajo de padecer condiciones médicas crónicas asociadas al envejecimiento, incluyendo las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades neurodegenerativas y el cáncer”, explican desde el Instituto Catalán de Oncología (@ICOnoticies).
El medicamento actúa suprimiendo la producción de glucosa en el hígado y a la par aumenta la sensibilidad de los receptores celulares de la insulina. De forma paralela, mejora la actividad de la enzima AMPK, que simula los efectos de la restricción calórica. Esta es una de las actuaciones que se han podido demostrar y que explicarían cómo alarga el periodo de vida saludable, así como su capacidad para incrementar la longevidad en animales de laboratorio, indican desde esta institución. No obstante, hasta ahora, a pesar de las evidencias de esta posible intervención en el retraso de las patologías relacionadas con el envejecimiento, no se tenían muy claros los mecanismos por los cuales provocaba estos efectos.
El nuevo descubrimiento
Una nueva investigación ha dado un nuevo paso aclarador en este sentido. El objeto del estudio, desarrollado, por un grupo de investigadores estadounidenses del Instituto Salk, el Instituto de Investigación Scripps y el Colegio Médico Weill Cornell, era averiguar por qué este producto funcionaba tan bien para el control de este tipo de diabetes, pero se encontraron con una sorpresa.
Los resultados publicados en la revista Cell Reports, muestran que los investigadores descubrieron que la metformina podría prolongar la esperanza de vida y la supervivencia, debido a un gran número de interruptores bioquímicos para varios procesos celulares, que estarían detrás de esta característica.
Antes de efectuar este estudio, se sabía que la única vía bioquímica que era activada por la metformina, era la vía AMPK. El profesor Reuben Shaw, coautor corresponsal del artículo y director del Centro de Cáncer de Salk, descubrió que esta vía detiene el crecimiento celular y cambia el metabolismo cuando los nutrientes son escasos, como ocurre por ejemplo en el cáncer. No obstante, los científicos de este análisis pensaban que podían estar involucradas también otras vías.
La novedad consistió, por tanto, en desarrollar una nueva plataforma de detección para examinar las quinasas, unas proteínas que transfieren grupos fosfato, que a su vez son interruptores críticos de encendido y apagado en las células, y que la metformina puede activar con rapidez. Con esta nueva tecnología, los investigadores pudieron decodificar eventos reguladores de “cambio de interruptor”, que estarían vinculados a un envejecimiento saludable.
Así pues este medicamento, activa quinasas y vías inesperadas, muchas de las cuales son independientes de AMPK. De entre las quinasas activadas destacan dos, las proteínas quinasa D y la MAPKAPK2, y ambas tienen relación con el estrés celular. Esto es lo que las conectaría con los efectos de salud y la prolongación de la vida, como ya se ha apreciado en otros estudios. Este descubrimiento implica que ambos actores (las dos proteínas mencionadas) podrían tener dichos efectos terapéuticos y además identifica nuevos objetivos y procesos celulares regulados por AMPK, que también pueden ser excelentes para los efectos beneficiosos del fármaco.
Hasta ahora los científicos no se habían imaginado que ambas quinasas tenían relación con este producto, y esto ha servido para comprender cómo induce “un estrés leve que activa los sensores para restablecer el equilibrio metabólico, explicando algunos de los beneficios indicados anteriormente, como el envejecimiento saludable prolongado en organismos modelo que toman metformina", aclara Shaw.
La cuestión ahora es ver cómo este producto se puede extrapolar a todo tipo de personas, y no solo a las que tienen diabetes tipo 2, además de aplicarlo con esta indicación.
Antecedentes
Lo cierto es que este vínculo del citado fármaco con la prolongación de la vida no es nuevo. Como se ha mencionado se están realizando varias investigaciones en este sentido, pero uno previo ya determinó esta cualidad. El investigador Nir Barzilai, conocido por sus estudios sobre la longevidad, realizó un estudio en personas centenarias en las que descubrieron genes que les protegían contra determinadas patologías algunas de ellas relacionadas con el corazón, la diabetes o el alzhéimer. Así pues, este experto y su equipo comprobaron que había un medicamento que podría imitar los efectos de esos genes protectores, siendo precisamente la metformina.
Los datos verificaron que esta sustancia resultaría eficaz para frenar la proliferación de tumores, proteger frente a enfermedades cardiovasculares, el ovario poliquístico y las enfermedades neurodegenerativas. Tendría, por tanto, los mismos efectos de esas mutaciones genéticas que hacen a esas personas mayores más longevas. Además, en estudios previos, se pudo constatar que los diabéticos tratados con este método terapéutico presentaban menos mortalidad con respecto a otras personas con diabetes e incluso sobrepasando a los individuos sanos que se habían usado como control.