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Johnson & Johnson ha anunciado que ha seleccionado una posible vacuna para prevenir el COVID-19 entre diferentes candidatos en los que ha estado trabajando desde enero de 2020, también ha anunciado la ampliación de la colaboración existente entre Janssen Pharmaceutical Companies of Johnson & Johnson y la Autoridad para la Investigación y el Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA) de EEUU y que va a incrementar rápidamente su capacidad de producción para poder suministrar más de mil millones de dosis de la vacuna a nivel mundial. La compañía prevé iniciar los estudios clínicos en seres humanos con la vacuna para prevenir el COVID-19 en septiembre de 2020 como muy tarde y espera que los primeros lotes de la vacuna estén disponibles para su uso en situaciones de emergencia a principios de 2021, un proceso significativamente más rápido que el habitual para el desarrollo de vacunas.
Mediante esta nueva colaboración entre BARDA, que forma parte de la Oficina de la Subsecretaría de Preparación y Respuesta (ASPR) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, y Johnson & Johnson se van a destinar conjuntamente más de mil millones de dólares para cofinanciar la investigación, el desarrollo y los ensayos clínicos de la vacuna. Johnson & Johnson utilizará su plataforma de vacunas que está ya validada y asignará amplios recursos a este proyecto, como personal e infraestructuras a nivel mundial. Además, BARDA y la compañía colaborarán y aportarán financiación adicional para identificar posibles tratamientos antivirales contra el nuevo coronavirus.
Como parte de su compromiso, Johnson & Johnson también va a incrementar su capacidad de producción a nivel mundial: creando nuevas plantas de fabricación de vacunas en Estados Unidos e incrementando su capacidad de producción en otros países. Esta capacidad adicional permitirá producir rápidamente la vacuna y suministrar más de mil millones de dosis a nivel mundial si se demuestra que es eficaz y segura. La compañía tiene previsto iniciar la producción “a riesgo” (sin que hayan concluido los ensayos) para que en el caso de que la vacuna sea eficaz pueda estar disponible cuanto antes. También se ha comprometido a que el precio de la vacuna para su uso en situaciones de emergencia pandémica sea asequible y sin ánimo de lucro.
Alex Gorsky, presidente y consejero delegado de Johnson & Johnson, señala: “El mundo se está enfrentando a una crisis urgente de salud pública y nos hemos comprometido a hacer todo lo que podamos para tener una vacuna asequible a nivel mundial lo antes posible para prevenir el COVID-19. Al ser la mayor compañía del mundo del sector de la salud creemos que tenemos la gran responsabilidad de mejorar la salud de todos cada día. Gracias a nuestra combinación de experiencia científica, escala operativa y fortaleza financiera, Johnson & Johnson está bien posicionada para aportar sus recursos en colaboración con otras entidades con el fin de acelerar la lucha contra esta pandemia”.
Por su parte, el Dr. Paul Stoffels, co-vicepresidente del comité ejecutivo y director científico de Johnson & Johnson, afirma: “Valoramos enormemente la confianza y el apoyo que ha prestado el gobierno de Estados Unidos a nuestras actividades de I+D. El equipo mundial de expertos de Johnson & Johnson ha acelerado nuestros procesos de investigación y desarrollo hasta niveles sin precedentes y nuestros equipos están trabajando incansablemente junto con BARDA, otros colaboradores científicos y autoridades sanitarias de todo el mundo. Estamos muy contentos de haber identificado una posible vacuna de entre las candidatas en las que hemos estado trabajando desde enero de 2020. Trabajamos incansablemente para poder iniciar los ensayos clínicos de fase 1 en seres humanos en septiembre de 2020 como muy tarde y, gracias al aumento de nuestra capacidad de producción a nivel mundial que estamos llevando a cabo paralelamente a esta investigación, esperamos que la vacuna pueda estar lista para su uso en situaciones de emergencia a principios de 2021”.
La vacuna
Tan pronto como estuvo disponible la secuencia genética del nuevo coronavirus (SARS-COV-2) que causa COVID-19 en enero de 2020 Johnson & Johnson empezó a analizar posibles vacunas contra el virus. Los equipos de investigación de Janssen, en colaboración con científicos del Centro Médico Diaconisa Beth Israel de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, diseñaron y analizaron numerosas posibles vacunas utilizando la tecnología AdVac de Janssen.
Además, en colaboración con científicos de numerosas instituciones académicas se analizaron diferentes candidatos para identificar las que tenían mayor posibilidad de producir una respuesta inmunológica en ensayos preclínicos.
Basándose en este trabajo, Johnson & Johnson ha identificado una posible vacuna contra el SARS-CoV-2 para prevenir el COVID-19 (y otros dos candidatos más como respaldo) que va a empezar a fabricarse. La compañía ha establecido un plan de desarrollo acelerado para la vacuna: tiene previsto iniciar el primer estudio clínico de fase 1 en septiembre de 2020 y se espera que los datos clínicos de seguridad y eficacia estén disponibles a finales de año. Esto podría permitir que la vacuna estuviera disponible para su uso en situación de emergencia a principios de 2021. A efectos comparativos, el proceso habitual de desarrollo de una vacuna comprende varias fases de investigación y dura de 5 a 7 años antes de presentar la solicitud de autorización.