Para resolver algunos problemas, algunos científicos buscan si la naturaleza ya lo ha resuelto y estudian cómo. Este último es el caso de un trabajo ‘made in Spain’ que acaba de publicarse en ‘Pharmaceutics’ y cuyo propio editor indicó que tenía un interés especial para la revista.
El trabajo constata, ni más ni menos, que el extracto de cuerna en crecimiento tiene un efecto anticancerígeno general y sin efectos secundarios negativos, y reduce el peso del tumor en un 61%. Este último experimento se llevó a cabo en ratones con gliobastoma, un tipo de cáncer del cerebro y la médula espinal, muy agresivo y con una supervivencia muy baja.
Hablamos con el escritor y coordinador del estudio, el Dr. Tomás Landete, del grupo de Biología de Cérvidos de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM y también del IREC)
PREGUNTA.- ¿Cómo es esto posible?
RESPUESTA.- La cuerna en crecimiento de ciervo es una estructura increíble. Es el tejido de crecimiento más rápido que existe. Aumenta más rápido incluso que el cáncer. En longitud aumenta de 1 a 4 cm diarios, crea más de 20 cm2 de piel al día, y produce desde unas docenas de gr. hasta más de 100 de tejido diarios. Desde 2019 sabemos que todo esto es posible porque utiliza genes similares a los del cáncer (proto-oncogenes). Esto en realidad es una bomba biológica, y el ciervo para evitar el riesgo de que este crecimiento derive en cáncer ha desarrollado lo que parecen ser los mecanismos anticancerígenos más potentes que conocemos hasta ahora. Tal es así que el extracto de cuerna es un potente anticancerígeno incluso cuando se aplica a tumores humanos en cultivos o en modelos animales como el de ratón.
P.- Esto parece ser una investigación novedosa, pero ¿cómo es posible que no se le haya ocurrido a nadie antes?
R.- A ver, hay unos pocos estudios publicados en revistas científicas. El problema es que la cuerna de ciervo es la principal medicina animal de la medicina tradicional China. Todos los que han investigado su efecto anticancerígeno hasta ahora son asiáticos, excepto nosotros en un estudio de 2021, y por eso creo que cuando la mayor parte de los científicos del mundo ven un artículo les suena a que es algo de la medicina tradicional China. Parte de nuestra labor es atraer la atención de la comunidad científica y sobre todo la de las grandes farmacéuticas para que vean que aquí hay un futuro fármaco anticancerígeno sin efectos secundarios.
P.-Creo recordar que publicasteis otro estudio sobre este tema hace pocos años y tuvo mucha repercusión.
R.- Así fue. En 2019 di una charla en el Departamento de Investigación del Hospital de Albacete, charla que me cambió la vida a mí y a uno de los jóvenes investigadores en cáncer que había en la sala: el Dr. Louis Chonco. Después de la misma me preguntó si tenía alguna muestra para probar en cultivos de un cáncer que estaba estudiando, el glioblastoma. Le dije que claro que las tenía: las pastillas que tomaba en el desayuno. Nueva Zelanda, China y otros países las venden como un complemento nutricional. Louis probó y resultó que parecía tener efectos anticancerígenos. Inmediatamente pasamos a usar cuerna en crecimiento liofilizada, molida y disuelta en agua. Lo publicamos en ‘Scientific Reports’, una buena revista científica.
P.- ¿Y qué conclusiones tuvisteis en ese primer trabajo?
R.- Tuvimosel lujo de trabajar con el jefe entonces de Louis, el Dr. Tomás Segura un brillante neurólogo experto en glioblastoma. En realidad, el estudio era bastante limitado: solo probamos dos líneas celulares de glioblastoma en cultivo, pero estudiamos varias propiedades: el extracto de cuerna producía casi un 40% de mortalidad en las células cancerígenas, pero no en las células sanas de la piel o células fetales de riñón. También disminuía casi otro 40% la movilidad de las células cancerígenas (una estimación de la capacidad de metástasis). Los efectos en cultivos celulares son efectos directos del extracto, pero faltaba probarlo en un cuerpo de mamífero.
P.- A partir de ahí seguro que todo sería más fácil.
R.- Pues no creas. Algunas cosas sí, y en cuestión de financiación, fuimos de mal en peor. Como tenía un proyecto y un contrato asociado, pude contratar a Louis. Otra buena noticia fue que tuvimos la suerte de contar con la colaboración del Dr. Claudio Festuccia (el otro investigador senior, como yo, del artículo de ‘Pharmaceutics’), para el experimento en ratones. Recuerdo una anécdota porque me dijeron que solo tenían licencia para administrar el extracto por vía oral. Yo les dije que no iba a funcionar porque, al digerirse, el extracto perdería su efectividad anticancerígena. Finalmente lograron a alguien con licencia para inyectarlo en ratones. Louis me preguntó si se lo dábamos también por vía oral y le dije que sí, aunque no funcionase. No podía estar más equivocado: resultó que administrado vía oral reduce el peso del tumor un 61%, mientras que inyectado intraperitonealmente reduce el tumor el 66%. Esto es casi lo mismo y tiene una ventaja añadida: si se extrae la proteína que produce ese efecto anticancerígeno se podría dar como píldora porque, aunque se digiera, sigue siendo muy potente.
P.- ¿Cómo se llevo a cabo la investigación?
R.- Bueno otra nueva cosa que nos facilitó el camino fue conseguir la colaboración de la experta en cáncer del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid, Carmen Ramírez Castillejo. Ella aportó los planes para realizar ensayos en todas las líneas celulares que estudia: las líneas de cáncer colorrectal y de mama. Algunas son de tumores primarios (los más fáciles de tratar, normalmente sensibles a la quimioterapia) otras son de tumores de recidivas (recaídas) resistentes o multirresistentes a la quimioterapia. En total, junto a las dos líneas de glioblastomas de los colegas italianos (diferentes a las que había probado Louis 3 años antes), eran 10, más las líneas de células sanas. Mucho trabajo y hacía falta financiación. Por suerte, siempre hay algo de luz hasta en la peor situación. La Asociación Española Contra el Cáncer vino en nuestra ayuda, porque a ellos le pareció una idea genial. Le concedió una ayuda a un estudiante, Nicolás Alegría, que empezó a realizar los experimentos con cultivos. Cuando se le acababa el contrato y nos quedábamos sin la pieza principal de nuestro equipo en esta línea, Louis, fue providencial el vicerrector de investigación de la UCLM, el Dr. Antonio Más, que creó una convocatoria de contratos postdoctorales de excelencia y uno de esos pocos los consiguió Louis. También fue muy importante la gestora de un coto de Ciudad Real, y amiga personal, Yolanda Fierro, que siempre nos ha aportado las muestras de cuerna para estos estudios. El último giro de la suerte ha sido más reciente, y tras tred años de sequía, por fin conseguíamos un proyecto (de la junta de comunidades de Castilla-La Mancha)”.
P.- ¿Y todo esto permitió realizar el estudio que habéis publicado? ¿Cuáles son los puntos más importantes?
R.- De las 10 líneas de cáncer colorrectal, de mama, leucemia y glioblastoma, el extracto de cuerna fue efectivo en todas las líneas con un promedio de mortalidad del 20-40%. Además, no mata células sanas. También redujo la movilidad (una estimación de la capacidad de metástasis) de todas ellas. Es decir, que con una misma metodología y en diversidad de tumores y resistencia a la quimio, el extracto de cuerna en crecimiento ha demostrado ser un anticancerígeno general. Pero el artículo, como decía, tenía una parte más interesante porque probó los efectos del extracto en ratones que están desarrollando un tumor de glioblastoma humano. Al realizarlo en ellos, que es más complicado, no solo podemos ver cómo se modula el efecto anticancerígeno en el cuerpo, sino que podemos estudiar como éste interacciona con el sistema inmunitario, algunas de cuyas células atacan el cáncer, pero otras promueven la tolerancia del sistema inmunitario al tumor.
P.-¿Cuánto tiempo duró el tratamiento?
R.- A los ratones les dimos un tratamiento de 28 días de extracto oral o inyectado. Yo creía que el efecto por vía oral iba a ser nulo pero, como decía antes, redujo el peso del tumor en un 61%, y el inyectado en un 66%. Es una pequeña diferencia, pero abre la vía de que un día, una medicina basada en una proteína u otra molécula anticancerígena de la cuerna de ciervo, sea suministrada en pastillas por vía oral, que es mucho menos traumático que ir a un hospital a que te inyecten algo que además tiene efectos secundarios negativos. Lógicamente el extracto de cuerna en crecimiento no tiene estos efectos negativos porque si no, el ciervo se moriría cuando le crecen las cuernas.
P.- ¿Obtuvisteis más resultados?
R.- Sí. Para mí el segundo resultado más espectacular de nuestra investigación vino del estudio histopatológico de lo que quedaba del tumor. Se moría. Tal como indicó Carmen Ramírez en la interpretación de las imágenes obtenidas, todo el tumor tratado con extracto estaba en lo que se llama necrosis licuefactiva, mientras que el tumor más grande y desarrollado de los ratones control estaba perfecto. Era el extracto de cuerna en crecimiento el que estaba matando poco a poco lo que quedaba del mismo, y eso en solo 28 días.
P.- ¿Qué habría pasado de continuar el tratamiento?
R.- Esa es la pregunta del millón, pero parece que al final todo el tumor habría desaparecido.
P.- ¿Tú ves cercano un tratamiento basado en la cuerna en crecimiento?
R.- Las píldoras de cuerna en crecimiento ya se venden como complemento nutricional en Nueva Zelanda, China, Rusia, Estados Unidos, Corea y pocos países más, como he mencionado antes. Alguien podría pensar en utilizarlos bajo su propia responsabilidad, pero claro, eso no es una medicina occidental moderna. Si estuviera mi compañero y coautor del estudio el Dr. Andrés García, que además es veterinario, te diría que una medicina es una molécula o principio activo de efectos beneficiosos para la salud y efectos secundarios conocidos, y con una concentración constante en cada píldora o dosis. El polvo de extracto de cuerna en crecimiento no cumple con esas condiciones porque es un conjunto heterogéneo y variable de proteínas, minerales y otros principios que pueden o no tener un efecto sobre la salud. Como hemos estudiado la disolución en agua del polvo de cuerna de ciervo, te puedo decir que uno de esos principios anticancerígenos es una o unas pocas proteínas solubles en agua. Si hay otras sustancias solubles en éter o lípidos no lo sabemos. Pero el futuro de una potencial medicina basada en cuerna en crecimiento de ciervo podría ser éste: un día, nuestros estudios y el de otros grupos atraen la atención de una gran farmacéutica que invierte 10, 20 o 30 millones de euros, que para ellos es nada, ponen a trabajar uno de sus muchos equipos con unos laboratorios de lo más avanzado, y en 2 (o en 5 años, no sé) sacan una medicina basada en una proteína de la cuerna de ciervo que es un anticancerígeno general o casi general, potente, sin efectos secundarios y encima que te lo tomas como una pastilla.
P.- ¿Podríais desarrollar vosotros una patente de esa medicina?
R.- Hay que ser humilde y tener el sentido común para saber el papel que uno tiene. Nosotros tenemos una gran limitación de medios y personal. Mi preocupación no es desarrollar una patente para ganar dinero, sino que una persona fundamental para mí y un gran profesional como es Louis Chonco pueda estabilizarse o al menos seguir dentro de unos meses cuando se le acabe su contrato. En esta línea de la cuerna como un posible anticancerígeno general, nuestro papel es pequeño y consiste en atraer la atención de una gran farmacéutica. Ese será el fin de nuestro papel y no será poco: durante ese proceso, si publicamos algunos artículos importantes, tendrá el beneficio adicional de que podrá leerse, entre otros: Universidad de Castilla La Mancha, Albacete, España.
P.- En el ranking de científicos e instituciones que elabora la página web estadounidense Expertscape apareces como el 5 experto del mundo en cuernas de ciervo, lo mismo os dan a tí y a tu equipo un premio por estos hallazgos.
R.- Como suelo bromear con mis amigos en el café: “Empiezo a sospechar que este año no nos dan el premio Nobel. Lo peor es que me temo que el año que viene tampoco nos van a dar un Óscar. ¡Esto es un sinvivir!
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.