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Un nuevo tratamiento con células madre para hacer frente a la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que se está llevando a cabo en Estados Unidos, ha arrojado resultados sorprendentes en el caso de Mark Bedwell, que ha vuelto a poder hablar e incluso a correr, tal y como se puede ver en este vídeo:
El tratamiento está en su fase III y se ha lanzado una campaña de crowdfunding para recabar fondos y poder aplicar la terapia, sobre todo en pacientes con una fase avanzada de la enfermedad.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una grave enfermedad neurológica que afecta a las neuronas cuyas conexiones se encargan de transmitir el impulso nervioso que hace posible que nuestros músculos se contraigan y logren el movimiento. Como explica la Sociedad Española de Neurología (SEN), por causas cuyo origen no se conoce de manera exacta, la enfermedad ataca a las neuronas cerebrales y a las de la médula espinal, evolucionando generalmente de forma lenta a medida que va provocando la pérdida progresiva de masa muscular y de fuerza.
Mark Bedwell
Síntomas y tratamientos para frenar la ELA
La ELA es un tipo muy concreto de enfermedad neuromuscular que, en algunos casos, puede tener un componente hereditario (ELA familiar) y en otros no (ELA esporádica). Cuando surge, las neuronas motoras se degeneran progresivamente, produciendo alteraciones en el movimiento en distintas zonas corporales, que pueden incluso llegar a la parálisis parcial o total. Los músculos se acaban atrofiando porque, simplemente, no les llega la orden del cerebro necesaria para iniciar el movimiento.
La Asociación Española de ELA señala que la enfermedad se presenta sobre todo en personas con edades comprendidas entre los 40 y los 70 años, teniendo especial prevalencia en varones de entre 60 y 69.
Esta cruel enfermedad no afecta a los sentidos básicos como la vista, el oído o el olfato, ni a los músculos que permiten la movilidad de los ojos. Tampoco tiene repercusiones negativas en las funciones mentales, ni se traduce en deterioro cognitivo (como ejemplo, el físico e investigador británico Stephen Hawking que padeció esta enfermedad).
Los síntomas varían de una persona a otra. Aunque la debilidad y la atrofia muscular son comunes en todos los casos, la enfermedad se manifiesta de formas diversas según los músculos que se vean afectados en mayor medida. La dificultad al hablar, a la hora de tragar los alimentos, o incluso en el momento de respirar, pueden ser consecuencia del avance de la ELA.
En la actualidad, existen fármacos que han demostrado su eficacia a la hora de frenar o retrasar la aparición de estos síntomas y las investigaciones científicas se centran en lograr otros nuevos que resulten aún más efectivos. Tratamientos de fisioterapia, encaminados a mantener la actividad y la fuerza muscular, forman parte de las medidas que intentan prolongar la independencia de los enfermos de ELA. Por otra parte, cada vez son más los hospitales que cuenta con Unidades de ELA en las que un grupo multidisciplinar de médicos especialistas trabajan de manera coordinada para ofrecer la mejor calidad de vida posible a los afectados.