Algunas patologías se tratan con medicamentos biológicos

Un 35% de los pacientes españoles son tratados con medicamentos biológicos. Este porcentaje alcanza el 47% cuando el paciente sufre más de una Enfermedad Inflamatoria Inmunomediada (IMID). Estos datos se desprenden del I Barómetro Nacional sobre la relación de las personas con Enfermedades Inflamatorias Inmunomediadas y sus tratamientos farmacológicos. A pesar de estas cifras, solo un 27% de los pacientes ha oído o entiende en qué consisten estos tratamientos biosimilares.

Qué son los medicamentos biológicos

Un medicamento biológico o biofármaco es aquel que para su elaboración emplea organismos vivos como por ejemplo células animales o vegetales, virus o bacterias. Pueden emplearse para prevenir, diagnosticar o tratar enfermedades. Un ejemplo claro de este tipo de medicamentos lo tenemos en las vacunas.

En ocasiones, estos fármacos se obtienen de una proteína que produce de forma natural en el organismo humano, de modo que al interactuar con el cuerpo del paciente se genera un efecto terapéutico. Su funcionamiento es, por tanto, similar al de una proteína y al ser suministrados provocan distintos resultados, como paliar o suprimir los síntomas, prevenirlos o retardar su evolución.

Las IMID

Las IMID comprenden una serie de enfermedades crónicas de origen inflamatorio y que afectan a distintas parte del cuerpo: la piel, los ojos, el tubo digestivo y las articulaciones. Dentro de este conjunto nos encontramos con la artritis reumatoide, artritis psoriásica, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, espondilitis anquilosante, hidrosadenitis supurativa, lupus, psoriasis, sarcoidosis y la uveítis no infecciosa. Teniendo en cuenta todas ellas, suponen una prevalencia del 6,4%, de modo que 2.500.000 de personas en España sufren una o varias patologías IMID.

Según Julio Roldán, presidente de Unimid (Asociación de Personas con Enfermedades Inmunomediadas), “los tratamientos biológicos son los más compartidos entre las distintas enfermedades IMID, aunque habitualmente no son utilizados como primera línea terapéutica. Esto significa que hasta llegar a ellos los afectados han tenido que pasar antes por el dolor y sufrimiento, físico y psicológico, de ver fracasar otras opciones”.

Entre los datos del barómetro, que ha incluido a más de 3.300 pacientes con IMID, destaca que al 82% de los pacientes que actualmente están recibiendo una terapia biológica, le hubiera gustado haber empezado antes con la misma.

Derechos de los pacientes

Por otra parte, Roldán considera que es importante que los pacientes sepan bien en qué consisten estos tratamientos y cuáles son sus beneficios y riesgos. “Este conocimiento forma parte de los derechos de los pacientes, y tienen un impacto en su nivel de compromiso y adherencia al tratamiento".

Otros de los aspectos que preocupan a las personas que están recibiendo un tratamiento farmacológico es que el medicamento no sea eficaz, la reproducción de brotes y los efectos secundarios. En definitiva, perder calidad de vida y que se deje de tener control sobre la enfermedad.