Verónica Mollejo
Avances
La Universidad de California podría haber inventado un hidrogel para reparar el corazón
Las primeras pruebas han demostrado que el hidrogel sirve para mejorar la circulación sanguínea
La medicina avanza a pasos agigantados con el objetivo de ofrecer nuevos tratamientos y vías de recuperación para las enfermedades que amenazan la salud de la ciudadanía. Como bien hemos alertado en más de una ocasión, las patologías que afectan al corazón siempre se encuentran entre las más comunes y con mayor incidencia en personas mayores. Desde hace algunos años, las dolencias cardiovasculares se sitúan entre las primeras causas de muerte en nuestro país, de ahí que los científicos trabajen a destajo para rebajar dichas cifras.
Un buen ejemplo de ello es la empresa Ventrix, perteneciente a la Universidad de California, que hace tan solo unos días comprobó la eficacia de un hidrogel inyectante capaz de reparar los daños del corazón y aliviar afecciones como la insuficiencia cardíaca o el riesgo de infarto. ¿En qué consiste este producto revolucionario?
Ventrigel, ¿el fin de las enfermedades cardíacas?
Aunque el proyecto todavía se encuentra en su primer ensayo clínico, sus creadores se muestran esperanzados tras los resultados obtenidos. Y es que se trata del primer hidrogel diseñado exclusivamente para reparar el tejido cardíaco, de hecho, está compuesto por el andamiaje natural del tejido muscular del corazón, conocido como matriz extracelular o MEC. Además, es un procedimiento mínimamente invasivo, pues se inyecta a través de un catéter.
Según los responsables, VentriGel, nombre que recibe el producto, se inyecta en el músculo cardíaco dañado para actúar como una especie de andamio hacia el cual migran las células sanas, incrementando la actividad del músculo, mejorando sus funciones y reduciendo la presencia de tejido cicatricial. Cuando el hidrogel alcanza la temperatura corporal, se solidifica y adquiere una textura porosa que facilita la recuperación.
VentriGel fue puesto a prueba en 15 pacientes que habían sufrido daños moderados en la cámara ventricular izquierda del corazón después de un infarto. Tras 18 sesiones y un seguimiento de seis meses tras finalizar el tratamiento, los expertos descubrieron que su función cardíaca había mejorado considerablemente y que incluso podían caminar distancias mucho más largas que antes de la operación. Esto ha provocado que el proyecto ya prepare su próximo ensayo clínico. ¿Correrá la misma suerte?