Victoria Herrero
Avances
¿Es recomendable la técnica del plasma rico en factores de crecimiento en personas mayores?
Se aconseja en casos de desgaste articular, así como para revertir el envejecimiento cutáneo
Los avances en salud han experimentado un ritmo vertiginoso en los últimos años. Una prueba de ello es la aparición de diferentes terapias dentro de la medicina regenerativa, sobre todo cuando los problemas de salud afectan al aparato locomotor, es decir, a las articulaciones, los músculos o los tendones. Y una esas técnicas innovadoras es el plasma rico en factores de crecimiento. Un tratamiento biomédico que se lleva a cabo para proceder a la estimulación muscular y articular gracias a los nutrientes presentes en la sangre.
Más concretamente, lo que se aplica en este caso es un líquido transparente que representa el 55% del volumen total del corriente sanguíneo y donde se encuentran células como los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Y es precisamente ahí donde se encuentran los denominados factores de crecimiento, que hacen referencia a un conjunto de proteínas que tienen mucha importancia a la hora de reparar tejidos del organismo que estén dañados.
¿Cómo lo hacen? Desencadenando diversas reacciones biológicas, como pueden ser la proliferación y diferenciación celular, la generación de vasos sanguíneos o incluso 'llevando' a las células hacia las zonas dañadas. Dicho de un modo más sencillo, estos nutrientes actuarían a modo de mensajes que manda el cuerpo cuando se trata de recuperarse o reparar una lesión.
¿En qué consiste este tratamiento médico?
Lo que se hace en este caso es extraer una pequeña cantidad de sangre, no suele ser mayor de 20 centímetros cúbicos, que se pasa por un proceso de ozonificación para potenciar la activación de todos los elementos esenciales que tiene. A continuación, dicha muestra se somete a una especie de centrifugado, que se efectúa para separar los componentes sanguíneos y obtener la fracción de plasma rica en factores de crecimiento. Además, esta mezcla tampoco presenta leucocitos, pero sí una alta concentración de plaquetas (hasta tres veces más). Por último, el líquido resultante volverá posteriormente al organismo del paciente a través de una inyección en el interior de la articulación o tejido.
Una técnica que resulta adecuada también para los mayores, ya que se puede administrar en casos de artrosis, por ejemplo, u otras patologías similares que tengan que ver con el desgaste de las articulaciones. Lo bueno, no solo en este tipo de pacientes, es que al obtenerse de su propia sangre no suelen producirse rechazos o alergias, por lo que es un método al que se suele recurrir para evitar estos efectos. Incluso se lleva a cabo con personas mayores que presentan una infección y que no quieren o no pueden someterse a una operación quirúrgica para solventarlas.
Además, no es doloroso y solo en algunos casos puede molestar puntualmente, para lo que se suele aplicar con anterioridad una crema con propiedades anestésicas.
Otras aplicaciones de esta técnica
Hemos hablado de problemas musculares o articulares, pero hay muchas más afecciones para las que puede resultar beneficioso el plasma rico en factores de crecimiento, como recuerdan desde el Hospital Quirónsalud de Barcelona (@quironsalud). Así pues, esta solución biológica se puede aplicar en el rostro, ya que actúa con un efecto estimulador para la formación de colágeno. Y esto se traduce en unos cambios notables en el aspecto de la piel, que se vuelve más elástica y tersa, denota una mayor vitalidad y mejora su vascularización dérmica.
En estos casos, se aplica el plasma obtenido anteriormente en la zona de la cara, el cuello y el escote para favorecer la regeneración de los tejidos, previo a los resultados descritos. Un cambio que se puede notar al cabo de unas tres sesiones, aunque como reconocen los expertos todo dependerá del grado de envejecimiento cutáneo de la persona. Por si fuera poco, también se ha demostrado la eficacia del tratamiento de plasma rico en factores de crecimiento en la salud de los pies de los mayores.
Este procedimiento se aplica a la hora de acelerar la cicatrización de los tejidos, para el tratamiento de la fascitis plantar o incluso en lesiones en las que intervengan roturas de ligamentos o huesos. Pero hay más, ya que esta solución, cuyo origen está en la misma sangre del paciente, también sirve de aliada reduciendo la inflamación o dolor de la zona, así como curando heridas o úlceras que se han podido producir en las extremidades de este tipo de pacientes.
No obstante, pese a las bondades de esta terapia y como recuerdan estos expertos, no se podría aplicar en ciertos casos que resultan contraproducentes. Por ejemplo, en las situaciones en las que la persona padezca una infección activa, un proceso neoplásico (un crecimiento anormal y descontrolado de células en casos de cáncer) o sufra algunas enfermedades como gota o diabetes. En cualquier caso y antes de realizarse el procedimiento médico se debe contar con la supervisión de los profesionales.