Mariola Báez
Avances
Radiología intervencionista para tratamientos oncológicos menos agresivos
Una recuperación más rápida y menos efectos secundarios son posibles con esta avanzada técnica
La radiología intervencionista es una rama de la propia radiología que, basándose en las técnicas de diagnóstico por imagen, no solo se limita a la obtención certera de esas imágenes, sino que además hace posible la aplicación de distintos tratamientos, curativos o paliativos, mínimamente invasivos.
Esta especialidad médica ha supuesto un importante avance a la hora de tratar distintos tipos cáncer, con buenos resultados en la eliminación o reducción de determinados tumores. El conjunto de posibles tratamientos es lo que ya se conoce como oncointervencionismo u oncología intervencionista y de su aplicación se encarga siempre un equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios, en los que participan desde oncólogos hasta radiólogos intervencionistas, sin olvidar el papel de cirujanos y médicos especializados en medicina interna.
¿Qué tratamientos ofrece la oncología intervencionista?
Tratamientos que causan menos debilidad a los pacientes, que permiten una convalecencia más corta y rápida y que provocan menos efectos secundarios, estas son las ventajas que destaca la Sociedad Española de Radiología Vascular Intervencionista (@SERVEISoc) respecto a estos innovadores tratamientos, a los que se puede recurrir en solitario o bien en combinación con otras opciones como la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía convencional, que son tratamientos habituales en la lucha contra esta enfermedad, como señala la Asociación Española Contra el Cancer (@aecc_es).
En cada caso, será el equipo de expertos el que determine si es posible recurrir a las técnicas de oncointervencionismo y, en ese caso, establecerá el tratamiento idóneo según el tipo de tumor, su desarrollo y su ubicación. Entre estos tratamientos destacan:
Ablación tumoral
Esta compleja y efectiva técnica consiste en llegar al tumor para su tratamiento directo, guiado por las imágenes que ofrece el diagnóstico radiológico. Esas imágenes van a permitir colocar en el centro del tumor un conjunto de agujas, con el objetivo de destruirlo o, al menos, lograr reducirlo y frenar su avance. Las agujas serán el vehículo conductor de las distintas tecnologías a las que se puede recurrir: láser, radiofrecuencia, crioterapia…
En muchos casos, la ablación tumoral es posible vía percutánea, es decir, sin necesidad de realizar una cirugía “abierta”, por lo que las ventajas resultan evidentes. Tumores hepáticos, pulmonares o renales son algunos en los que esta técnica ha demostrado su efectividad.
Embolización tumoral
Es otro de los tratamientos contra el cáncer que puede realizar un radiólogo intervencionista cuando es necesaria la oclusión de un vaso sanguíneo determinado. Por ejemplo, cuando esta medida es imprescindible para llevar a cabo una intervención quirúrgica con seguridad o si esa oclusión va a mejorar la calidad de vida de un paciente frenando algún síntoma derivado del tumor. Nuevamente, las imágenes van a permitir alcanzar el vaso sanguíneo, con ayuda de un fino catéter, para lograr la deseada obstrucción.
Quimioembolización y radioembolización
La radiología intervencionista también puede ser, en algunos casos concretos, la mejor alternativa para hacer llegar al tejido tumoral los fármacos que se aplican en un tratamiento de quimioterapia tradicional. Llevarlo directamente al tumor, en vez de inyectarlos vía intravenosa, mejora la eficacia de la quimio reduciendo, además, sus efectos secundarios. La técnica también es útil en tratamientos radiológicos, cuyo objetivo es lograr insertar un isótopo radiactivo que, durante unos días, actuará contra el tumor sin dañar los tejidos sanos.