Victoria Herrero
Avances
Conoce a Pepper, el robot que cuida a los mayores de una residencia de Valladolid
Este semi humanoide es capaz de detectar las emociones y ayudarles con sencillos ejercicios físicos
¿Te imaginas ir a visitar a un familiar a una residencia de mayores y observar con tus propios ojos cómo un robot se encarga de su cuidado? No se trata de una película de ciencia ficción ni una visión del futuro. Es lo que sucede en un centro asistencial de la provincia de Valladolid, la Residencia Lacort, en la localidad de Viana de Cega, que cuenta con este simpático "trabajador" de última generación para ayudar en la atención de sus mayores.
Todo forma parte de un proyecto de colaboración entre el centro tecnológico Cartif (@CARTIFCT), el Instituto de Tecnologías Avanzadas de la Producción de la Universidad de Valladolid (@UVa_es) y la propia residencia para mejorar el bienestar de las personas que viven en este espacio.
Uno más entre los residentes
Con este programa piloto se busca que este droide tecnológico interactúe con los residentes. Para ser más concretos, les ayuda a ejercitar su memoria, mejorar la movilidad, evitar el aislamiento o el sedentarismo e incluso favorece su sentido del humor. Esto es lo que hace por ellos Copito, nombre que recibe por su aspecto inmaculado.
No obstante, este robot humanoide en realidad se llama Pepper (@PepperTheRobot) y está fabricado por la empresa SoftBank Robotics (@SBREurope) con un diseño que lo hace ideal para leer las emociones. Pero la cosa no acaba aquí, Pepper es capaz de recordar el lugar de nacimiento y la edad de la persona mayor con la que convive, preguntarle cómo se encuentra, informarle de las últimas noticias o del tiempo que hará e inclus, le puede contar un chiste.
Además, a estas funciones se suma el hecho de que puede indicarles toda una serie de ejercicios físicos. Tareas con las que ganan movilidad en la zona del cuello, los hombros, los brazos y las manos. Como si fuese su monitor de gimnasia, pero virtual y con un aspecto más entrañable.
"Ha demostrado que es una herramienta útil y con mucho potencial para entretener y mantener activas a estas personas mayores tanto en un nivel físico como mental", explican los responsables de este innovador programa social. "Se ha conseguido que los residentes estén entretenidos y motivados al interactuar con el robot, apreciando especialmente los juegos y ejercicios", añaden.
Y todo lo logra este humanoide que apenas mide 120 centímetros, tiene aspecto aniñado y ofrece capacidad gestual y reconocimiento visual. Hasta puede mantener una sencilla conversación. Una versatilidad que se va desarrollando y se muestra a través de una pantalla digital táctil, donde se pueden establecer esas funcionalidades según la persona con la que esté interactuando. Es decir, se pueden crear perfiles personalizados en función de las necesidades de cada mayor.
Por ahora supone una divertida novedad entre las personas mayores de esta residencia, pero en un futuro, como explican los integrantes de este proyecto, no será nada raro encontrarse con este tipo de robots ya no solo en centros asistenciales sino también en domicilios. ¿El motivo? El progresivo envejecimiento de la población y la necesidad de contar con un mayor apoyo a la hora de cuidar a este colectivo. "El personal especializado en el cuidado de mayores será insuficiente con el tiempo y las nuevas tecnologías pueden cambiar el ámbito asistencial facilitando la vida independiente de las personas mayores", defienden.
Al hilo de esto último, en Japón (donde "nacen" muchos de estos robots) ya llevan años creando todo tipo de droides que hablan, camas inteligentes o exoesqueletos que ayudan a caminar. Aplicaciones de última generación que se prueban en residencias y centros asistenciales como posible solución a la falta de trabajadores y ese panorama demográfico no tan lejano.
El futuro en el cuidado a los mayores
Tal fue el éxito de este robot, que en su salida al mercado las 1.000 unidades puestas a la venta no duraron ni un par de minutos. Pero este modelo que hoy descubrimos y que sirve de compañero a estos mayores de la residencia vallisoletana es el prototipo robótico más evolucionado de un modelo anterior. ¿Su nombre? NAO. Un pariente lejano que se presentó en el año 2008, asombrando tanto al público como a los expertos del sector debido a su libertad de movimientos.
Pero los responsables de este tipo de droides no se han conformado con la "facilidad" con la que estos robots pueden coger cosas o hacer recordatorios (por ejemplo, cuando le toca la medicación a esa persona). Buscan dar un paso más. Mejorar y crear un robot emocional, como Pepper, que sea capaz de estudiar los gestos y rostros de esa persona que está hablando con él. De esta manera, el prototipo puede ir tomando decisiones para mejorar el bienestar de esa persona. Una aplicación muy acertada para los mayores.
A esto se suma, como explican los creadores de este tipo de robots, esa capacidad "innata" de tener más paciencia y constancia a la hora de atender a mayores o personas enfermas. Además, pueden avisar ante cualquier incidencia a familiares o responsables de su cuidado. En definitiva, un ejemplo más de lo que se conoce como el Internet de las Cosas, en este caso aplicado a nuestros mayores.