Mariola Báez
Avances
Trastornos neurológicos: conoce los últimos avances en el campo del diagnóstico
Innovadoras técnicas de imagen, como la resonancia magnética, son básicas en su detección precoz
Tal y como describe la Organización Mundial de la Salud (@OMS_es), los trastornos neurológicos son el conjunto de enfermedades diversas que afectan al sistema nervioso central y periférico. El cerebro,la médula espinal o los nervios craneales y sus terminaciones, un complejo sistema que puede verse alterado por múltiples causas y que abarca patologías que van desde los distintos tipos de demencia, incluyendo la enfermedad de Alzheimer, hasta la epilepsia, la esclerosis múltiple o las afecciones de origen vírico o bacteriológico.
Son cientos de millones las personas que padecen en todo el mundo algún tipo de trastorno neurológico y se estima que más de 6,8 millones fallecen anualmente a consecuencia de ellos. Bajo esta premisa, ¿qué métodos existen para hacerles frente?
Neuroimagen: la herramienta básica en la detección
Descubrir qué causa una determinada alteración a nivel cerebral que acaba desencadenando una enfermedad neurológica, en muchos casos de carácter degenerativo, continúa siendo el gran reto para investigadores y neurólogos a la hora de avanzar en el diagnóstico precoz de este tipo de dolencias, cuyo desarrollo se ha incrementado, entre otras razones, por el propio aumento de la esperanza de vida y el consiguiente envejecimiento de la población, principalmente en los países desarrollados.
Hasta no hace demasiadas décadas, las fuentes principales para el estudio de los trastornos neurológicos eran dos: la observación de los propios cambios físiológicos y conductuales, especialmente a la hora de analizar las distintas demencias, y el análisis del daño cerebral postmortem. En la actualidad, los procedimientos que pueden ayudar a los especialistas a confirmar o descartar la presencia de un trastorno de este tipo son extensos e incluyen pruebas muy diversas.
Análisis de sangre o de líquido cefalorraquídeo, estudios genéticos, radiografías de tórax o cráneo, angiografías para observar del sistema circulatorio o electroencefalogramas son solo algunas de las que enumera el National Institute of Neurological Disorders and Stroke (@NINDSnews). Pero, sin duda, han sido las técnicas de neuroimagen las que han permitido avanzar en el conocimiento de la estructura y del mapa de nuestro cerebro y acercarnos, un poco más, al entendimiento de su funcionamiento. Algo esencial para poder descubrir, con la necesaria anticipación, cualquier alteración que sea origen de una enfermedad neurológica.
La Resonancia Magnética, la técnica más avanzada
La Fundación Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (@Fund_CIEN) señala que conocer las variaciones que se van dando en la estructura cerebral a lo largo de la vida es fundamentall a la hora de poder detectar los cambios patológicos que se presentan cuando surge una enfermedad neurodegenerativa. En este sentido, las técnicas de neuroimagen han permitido el mayor avance a la hora de descubrir aspectos fundamentales de la enfermedad de Alzheimer entre otras demencias, permitiendo un mayor conocimiento del funcionamiento de las distintas áreas cerebrales, que incida en un diagnóstico certero y en menos tiempo.
A diferencia de una tomografía computarizada (TC), también recurso frecuente como prueba diagnóstica, la resonancia magnética nuclear no recurre a los rayos X para el visualizar el cerebro y su interior. Con aparatología específica, crea un potente campo magnético a base de ondas similares a las radiofónicas que incide en la zona de estudio, para obtener, asi, imágenes de gran nitidez que aparecerán reflejadas en el correspondiente monitor para su estudio.
Las actuales resonancias ofrecen imágenes no solo de las estructuras internas del cerebro, que pueden aportar datos sobre volumen cortical o presencia de tejidos con alguna anomalía como puede ser tejido tumoral, también, con ellas, es posible obtener imágenes dinámicas, es decir en movimiento (Resonancia Magnética Funcional), con las que poder observar cómo responden las distintas áreas cerebrales a la hora de desarrollar un determinado proceso. Se trata de un procedimiento no invasivo que, realizado con los equipos más avanzados logra nítidas imágenes, además en 3D.
¿Qué es una tomografía por emisión de positrones TEP?
No puede dejar de incluirse entre las técnicas de diagnóstico por imagen que han supuesto un gran avance a la hora de conocer el interior del organismo de la manera más visual y cercana posible. La tomografía TEP, que no queda limitada al estudio del cerebro sino de otras áreas y órganos corporales, recurre a la aplicación, generalmente vía intravenosa, de un radiofármaco, lo que se denomina marcador radioactivo, que va a ayudar a detectar cualquier posible patología.
Al realizarse la tomografía en el equipo específico, se conseguirán imágenes tridimensionales de los procesos biológicos que están teniendo lugar en el punto de estudio y en ese momento concreto. La información que proporcionan las imágenes obtenidas no hacen referencia a la anatomía del cerebro, sino que se centran en la actividad que se está desarrollando a nivel del metabolismo celular. Por este motivo suele ser una técnica complementaria de otras incluidas el diagnóstico por neuroimagen.
Lograr información cada vez más precisa sobre las alteraciones que pueden producirse en el sistema nervioso y desencadenar una patología neurológica, no solo implica mejorar en los tiempos de respuesta frente a la enfermedad, sino además implica poder realizar un seguimiento preciso de la respuesta ante un determinado tratamiento para mantenerlo, intensificarlo o modificarlo en caso necesario.