Mariola Báez
Avances
Tratamientos innovadores contra el dolor crónico de las personas mayores
Son muchas las patologías que causan un dolor permanente y que requieren tratamiento propio
La Sociedad Española del Dolor (@Sedolor) recuerda que el dolor crónico es algo que va más allá de una molestia o una sensación dolorosa que todos podemos experimentar en un momento dado. Cuando el dolor no se va, pese a que se esté tratando la enfermedad o la lesión que supuestamente lo provoca, se convierte en una patología en sí mismo con múltiples repercusiones, no solo físicas (puede ser altamente incapacitante) sino también psíquicas y emocionales.
Cada vez son más los centros sanitarios públicos y privados que cuentan con Unidades del Dolor, especializadas en proporcionar alivio y mejorar la calidad de vida de aquellas personas que sufren un dolor que ha pasado a formar parte de su día a día.
¿Qué terapias existen para aliviar el dolor crónico?
El primer objetivo de cualquier profesional es acabar con el dolor encontrando un tratamiento eficaz que combata su origen, pero no siempre es fácil. Enfermedades autoinmunes, dolor neuropático, síntomas dolorosos a causa de alguna patología reumática… En ocasiones, los fármacos, con propiedades analgésicas y/o antiinflamatorias, o la fisioterapia no son suficiente, por lo que las investigaciones encaminadas a proporcionar nuevas terapias eficaces contra el dolor continúan.
Cuando la medicación oral no da los resultados esperados, el especialista puede recomendar su inyección mediante infiltraciones, buscando así una mayor efectividad. En los últimos años, en los casos de dolor intenso y constante, se está recurriendo al implante de bombas de infusión bajo la piel que, mediante un catéter colocado en el área epidural, hace llegar esa medicación (analgésicos u opiáceos) en las dosis adecuadas y en el momento oportuno, logrando que la persona no sienta el dolor y pueda realizar su actividad diaria con relativa normalidad.
Especialmente cuando se trata de dolor neuropático, la radiofrecuencia es una de las técnicas que ha demostrado mayor efectividad a la hora de actuar en determinados puntos del sistema nervioso, con la finalidad de modificar el impulso doloroso. La técnica se emplea para reducir las molestias en el área cervical y lumbar. La radiofrecuencia permite, además, realizar lo que se denomina rizólisis, un procedimiento que se lleva a cabo en quirófano y consiste en dejar inactivas las terminaciones nerviosas implicadas en el dolor que una persona experimenta en una articulación concreta, sin que se irradie a otras zonas.
Ese bloqueo de los impulsos nerviosos es, en muchas ocasiones, la técnica más eficaz contra el dolor crónico cuando no existe una enfermedad o lesión que lo justifique. Además de la radiofrecuencia y la termoterapia, recientes estudios apuntan a que un derivado de la toxina botulínica, generalmente empleada en tratamientos estéticos, podría también resultar efectiva a la hora de “paralizar” el impulso que causa el dolor, aunque se trata de un ensayo aún en fase experimental.