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Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) afirman haber probado con éxito en ratones una vacuna que ha ofrecido una respuesta positiva contra el COVID-19. El estudio se ha publicado este jueves en la revista especializada EBioMedicine.
Los investigadores han explicado que la vacuna se administra a través de un parche del tamaño de la punta de un dedo. Además, detallan que los tests iniciales han mostrado una respuesta positiva a la hora de generar anticuerpos contra el SARS-CoV-2 a unos niveles que podrían prevenir las infecciones por coronavirus. Cuando se probó en ratones, la vacuna, que han denominado PittCoVacc, generó lo que describieron como "una oleada de anticuerpos" contra el nuevo coronavirus en dos semanas.
Today, University of Pittsburgh School of Medicine @PittHealthSci scientists announced a potential vaccine against SARS-CoV-2, the new coronavirus causing the #COVID19 pandemic. https://t.co/ILW4IQfou7 pic.twitter.com/Y7l0SifBtn
— UPMC (@UPMCnews) April 2, 2020
Pese al prometedor hallazgo, los investigadores avisan de que, debido a que los ratones no han sido monitroizados durante mucho tiempo por ahora, es demasiado pronto para decir cuánto tiempo duraría la respuesta inmune contra el COVID-19. No obstante, avanzaron que en pruebas comparables en ratones con la vacuna experimental contra el MERS, se produjo un nivel suficiente de anticuerpos para neutralizar el virus durante al menos un año.
"Hasta ahora, los niveles de anticuerpos de los animales vacunados contra el SARS-CoV-2 parecen estar siguiendo la misma tendencia", explican los expertos.
Los científicos esperan comenzar a probar la vacuna en personas en ensayos clínicos en los próximos meses.
Esta vacuna utiliza un diseño de parche de aguja, llamado conjunto de 'amicroneedle', para aumentar su potencial. Esta matriz es un parche del tamaño de la punta de los dedos, compuesto de 400 pequeñas agujas hechas de azúcar y la proteína espiga, explicó Andrea Gambotto, profesor asociado a la Universidad de Pittsburgh.
"Teníamos experiencia previa en SARS-CoV en 2003 y MERS-CoV en 2014. Estos dos virus, que están estrechamente relacionados con el SARS-CoV-2, nos enseñaron que una proteína en particular, llamada proteína de pico, es importante para inducir inmunidad contra el virus. Sabíamos exactamente dónde combatir este nuevo virus", han explicado los investigadores.