Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorA medida que nos hacemos mayores nos vemos afectados por distintas enfermedades y lesiones que afectan a nuestra movilidad. Artrosis y artritis, falta de estabilidad, vértigos, recuerdos de lesiones en la rodilla o el pie, operaciones pasadas… son afecciones que dificultan la buena marcha, la estabilidad, que nos hacen sentir cansados e, incluso, pueden hacer que otras parte del cuerpo, como la columna vertebral o la cadera, se vean afectadas de dolor por caminar mal.
A nivel emocional es complicado aceptar que con los años se pueden tener ciertas limitaciones de movilidad, pero que tengamos dificultades para caminar o para estar de pie no tiene por qué limitar nuestra vida. No hay que tener reparo en usar un bastón, puede ser una ayuda muy útil para caminar sin miedo a tropezarnos, nos permitirá caminar derechos, sin riesgo a sobrecargar la espalda y, por consiguiente, a no sufrir dolor dando estabilidad a la marcha.
Gracias a la ayuda del bastón, uno puede caminar con soltura cuando no se tiene la fuerza suficiente en uno de los lados del cuerpo y ayuda a reducir el peso que soportan las piernas, especialmente las articulaciones.
Para obtener toda la ayuda del bastón y que este sea una verdadero punto de apoyo, es necesario elegirlo según las necesidades y aprender a utilizarlo de manera correcta. Para ello se pueden seguir los consejos de los especialistas:
Existen diferentes tipos de bastones sin entrar en los colores, formas y materiales con los que están hechos, pero, a grandes rasgos, podemos diferenciarlos en dos tipos:
1.- Bastón clásico unipodal: es el más utilizado y puede ser:
2.- Bastón multipodal: Es un bastón con una base amplia que consta de tres o cuatro patas cortas en las que se apoya para dar más estabilidad, es mucho más ligero y permite a quien lo usa mantener una posición vertical cuando está de pie sin caminar. Es un bastón indicado para aquellas personas con poca estabilidad.
Lo primero de todo: el bastón solo hay que utilizarlo si lo ha prescrito o aconsejado un profesional, ya sea el traumatólogo, el médico rehabilitador o nuestro médico de familia, después de hacer una valoración completa del estado general.
Si bien, su uso parece sencillo, es importante que un profesional dé las indicaciones pertinentes para llevar una buena coordinación entre el cuerpo y el bastón y así evitar que este se convierta en un objeto que vamos arrastrando. Hay que tener en cuanta que el mal uso del bastón está relacionado con un elevado número de caídas en mayores de 65 años.
Un uso inadecuado del bastón puede producir lesiones musculares en los primeros días, debido a una carga del peso corporal incorrecta sobre el brazo o las piernas, de ahí la importancia de que sea un profesional quien explique cómo hay que utilizarlo.
Visto todo ello, si tienes poca estabilidad, si te cuesta caminar y, sobre todo, si tu médico te ha recomendado utilizar bastón, anímate a usarlo, los paseos mejorarán y también tu calidad de vida.