Verónica Mollejo
Salud
Beber agua es muy beneficioso, pero un exceso puede resultar perjudicial
Verónica Mollejo
Foto: Bigstockphoto
Miércoles 11 de diciembre de 2019
ACTUALIZADO : Miércoles 11 de diciembre de 2019 a las 6:56 H
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Todo el mundo conoce los beneficios del agua, pero no las terribles consecuencias de su exceso
El agua es uno de los sustentos de nuestro organismo, pues le ayuda a ejecutar multitud de funciones vitales para su supervivencia. Por ejemplo, el agua es necesaria para digerir los alimentos, eliminar los productos de desecho, aumentar el nivel de energía, mantener los músculos en funcionamiento, controlar el peso corporal y mejorar el estado de la piel, entre otras funciones. Como bien es sabido, lo ideal es tomar dos litros de agua al día para disfrutar de todos sus beneficios.
Sin embargo, hay muchas personas que para asegurar su impacto en el organismo aumentan la dosis considerablemente. Lamentablemente, a pesar de lo que muchos puedan pensar, el exceso de agua puede provocar graves problemas de salud. Por lo tanto, su presencia en la dieta es fundamental, pero siempre siguiendo las recomendaciones establecidas por los expertos. ¿Qué efectos tiene la hiperhidratación en el organismo?
Bebe agua, pero siempre con moderación
Según los expertos, esta conducta suele estar vinculada a las personas obsesionadas con el culto al cuerpo y el deporte, recordemos que el consumo de agua aporta un extra de energía, ayuda a controlar el peso y asegura el correcto funcionamiento de los músculos. Sin embargo, las personas enfermas también pueden sentir la necesidad de aumentar la ingesta de agua, llegando a triplicarla. Es cierto que el cuerpo tiene mecanismos de defensa que previenen la intoxicación hídrica, pero ¿qué puede provocar este abuso en el organismo?
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Uno de los efectos más habituales es la hiponatremia o, lo que es lo mismo, una baja concentración de sodio en la sangre debido al consumo elevado de agua sin aportar electrolitos. Este trastorno suele ir acompañado de dolor de cabeza, confusión, náuseas, fatiga e hinchazón.
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Este exceso también puede contribuir a la pérdida masiva de potasio en la orina, lo que a su vez puede provocar que el corazón reduzca su ritmo habitual e incluso que el músculo cardíaco llegue a pararse.
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Beber grandes cantidades de agua, algunas personas pueden superar los siete litros diarios, puede causar insomnio, sobre todo al final del día.
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Como es obvio, la hiperhidratación se da cuando el consumo de agua es superior a su eliminación, lo que genera una dilución excesiva de sodio que tiene un impacto directo en la salud del cerebro, ante la incapacidad de las neuronas a adaptarse a este cambio tan brusco. La confusión mental y las convulsiones son algunos de los síntomas más recurrentes.
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Los riñones, al ser los encargados de regular el equilibrio de agua y minerales del organismo, pueden sufrir un colapso ante la avalancha incontrolada de fluidos.
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Aunque muchas personas recurren al agua por su acción sobre los músculos, lo cierto es que la hiperhidratación disminuye los impulsos nerviosos que van destinados a los tejidos, motivando la aparición de calambres y una fatiga extrema.