Pilar Abellán Martínez
Salud
Uno de cada tres pacientes con depresión son resistentes al tratamiento
Son siete veces más propensos al intento de suicidio y a la autolesión
Según ha explicado Ana María Piedrafita, enfermera especialista en Salud Mental del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid), uno de cada tres pacientes con depresión son resistentes al tratamiento y son siete veces más propensos al intento de suicidio y a la autolesión.
En la conferencia 'Nuevas oportunidades en el cuidado a las personas de los servicios de Salud Mental', organizada por Johnson & Johnson en el marco del XLI Congreso Nacional de Enfermería de Salud Mental (AEESME), uno de los temas centrales ha sido la importancia de la labor de Enfermería en la prevención y detección de los síntomas, en el acompañamiento, y en el seguimiento de los pacientes con enfermedad mental.
Resistencia al tratamiento
Por su parte, el enfermero especialista en salud mental del Hospital Universitario de Basurto, Lander Madaria Marijuan, ha explicado que "cuando una persona acumula la desesperanza de haber fracasado en otros tratamientos y la que le provoca la propia depresión, cualquier herramienta que brinde una respuesta rápida es esperanzador".
Para las personas con depresión resistente a tratamiento, según Madaria Marijuan, "empezar un nuevo día es un sufrimiento incapaz de concebir".
Para quienes no padecen la enfermedad muchas veces es "un sufrimiento invisible, muchas veces incomprendido y estigmatizado".
Sin embargo, el experto en salud mental afirma que "el hecho de no poder siquiera levantarse de la cama, de no poder salir a la calle o de no poder estar para sus seres queridos es una limitación que se repite en la mayoría de los casos."
Además, el deseo de querer huir de esta vida genera culpa y un "autorreproche añadido", ha apuntado.
El tiempo: factor clave
Madaria Marijuan resuelve que el tiempo es determinante para los pacientes y, por consiguiente, para los profesionales de enfermería que están al cargo de su cuidado.
El experto ha precisado que, con el paso del tiempo, "las recaídas afectan a nivel neurológico, tanto estructural como funcionalmente". Por eso, se debe tener paciencia y confiar en la efectividad del tratamiento a largo plazo. Esto ha sido respaldado por el enfermero del Centro de Salud Mental de Alcorcón (Madrid), Sergio Franco Rodríguez.
Sin embargo, en su opinión, aún no se está llegando a tiempo en cuanto a la administración temprana del tratamiento de los pacientes.
"Lo vivimos a diario con los nuevos avances, tratamientos, presentaciones y formatos que se nos ponen sobre la mesa y tardan en llegar al paciente", denuncia el enfermero.
"Debemos tener el compromiso de que se les proporcionen los tratamientos o herramientas más innovadores y con mayor evidencia científica en cuanto a la eficacia de las que disponemos en la actualidad", ha subrayado.
La presencia y la escucha activa
Ante este contexto, Madaria Marijuan enseña varias herramientas que pueden mitigar el sufrimiento de estos pacientes.
Principalmente, la presencia y la escucha activa pueden ayudar a entender mejor la enfermedad, brindar mecanismos de afrontamiento y favorecer que los cuidadores informales estén más preparados.
"Que haya alguien que vigile la evolución de la enfermedad y que detecte situaciones de mayor riesgo es algo que puede evitar un desenlace peor", ha apostillado la enfermera.
La esquizofrenia
Este ejercicio de empatía y escucha activa también es clave en el cuidado y atención de los pacientes con esquizofrenia.
Así lo ha indicado la enfermera especialista en Salud Mental del Centro de salud Mental de Cerdanyola, del Parc Sanitari Sant Joan de Déu (PSSJD), Rosa Cobo Yagüe.
La esquizofrenia es un trastorno mental crónico que afecta a la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Se caracteriza por síntomas como alucinaciones, delirios, pensamiento desorganizado y problemas en la función cognitiva y social.
La enfermera ha recalcado que los objetivos a conseguir en el abordaje de estos pacientes van desde controlar y reducir los síntomas, hasta lograr una mejora del funcionamiento cognitivo para mejorar su calidad de vida, entre otros.
En España, según ha señalado Cobo Yagüe, "la incidencia de esquizofrenia es aproximadamente del 1% de la población, lo que significa que afecta a unas 450.000 personas en nuestro país".
Para la especialista, el profesional de enfermería debe promocionar la autonomía y la capacidad de elección del paciente. Esto es, "empoderar a las personas con esquizofrenia para que participen activamente en su propio cuidado, tomando decisiones informadas y siendo partícipes en el desarrollo de su plan de tratamiento", según ha explicado.
Por otro lado, ha incidido en la importancia de realizar un abordaje holístico del paciente, "resaltando la necesidad de considerar no solo los síntomas de la enfermedad, sino también los aspectos físicos, emocionales, sociales y espirituales de la persona en su conjunto." Así, se proporciona un cuidado integral y centrado en la persona y en el entorno.
Finalmente, ha hecho hincapié en algunos de los retos y desafíos pendientes en la asistencia de la esquizofrenia, tales como asegurar la adherencia al tratamiento farmacológico y el manejo de los efectos secundarios de la medicación.